EL EVANGELIO DE SAN MARCOS, MEDITADO
San Marcos, entre los discípulos
que siguieron o conocieron al Señor, fue de los más jóvenes. Nació en Cirene,
el año 5 después de nacer Jesucristo en Belén. Fue martirizado el: 25 de abril
de 68 en Alejandría, Egipto. Su cuerpo descansa en la catedral copta de San
Marcos, de El Cairo.
Se le cita por primera vez en el
libro Hechos de los Apóstoles 12:12,
cuando Simón Pedro, milagrosamente liberado de la cárcel, se refugia en casa de
María, madre de "Juan, por sobrenombre Marcos".
Acompañó a Pablo de Tarso y a Bernabé
en el primer viaje de Pablo (cf. Hch 13,5), pero se separó de ellos cuando
llegaron a Panfilia, regresando a Jerusalén (cf. Hch 13,13): en esos versículos
se hace referencia a él como "Juan".
Cuando Pablo iba a iniciar su
segundo viaje, tuvo una grave disputa con Bernabé a propósito de "Juan,
llamado Marcos": Bernabé quería que fuese con ellos, pero Pablo se negaba,
ya que les había abandonado en el viaje anterior. Pablo y Bernabé terminaron
por separarse, y Marcos acompañó a Bernabé en su viaje a Chipre (cf. Hch 15, 37-39).
No está claro si "Juan,
llamado Marcos" es el mismo al que se hace referencia en algunas epístolas
atribuidas a Pablo, concretamente en 2
Timoteo 4,11, Colosenses 4,10, Filemón
1,24 y en la Primera Epístola de Pedro
(1 P 5,13). En Colosenses se dice de
él que es sobrino de Bernabé (cf. Co 4,10), lo que podría explicar que este
disputase con Pablo acerca de Marcos.
Según el Evangelio, que se le
atribuye, cuando Jesús fue apresado en el Huerto de los Olivos, le seguía un
joven envuelto en una sábana (cf. Mc 14,51), habiendo especulado algunos con la
posibilidad de que ese joven fuera el mismo Juan Marcos.
La tradición dice que Marcos
evangelizó como Obispo de Alejandría, en Egipto, donde realizó varios milagros
y estableció una iglesia y su famosa escuela cristiana, nombrando un obispo,
tres presbíteros y siete diáconos y murió allá como mártir el lunes de Pascua
25 de abril del año 68 (o en el 64 según algunas fuentes).
Se narra que siete años antes de
su martirio viajó a Marmarica y Libia. Según la tradición, la Iglesia Copta de
Etiopía tiene su origen en las prédicas de san Marcos, autor del Segundo
Evangelio en el siglo I, que llevó el cristianismo a Egipto en la época del
emperador Nerón[1].
San Jerónimo, conocido como Doctor de las Escrituras, por sus
estudios y exégesis, nos refiere algún detalle de interés sobre el evangelista.
Tras considerar que su Evangelio es un eco de la predicación de san Pedro
Apóstol, nos ofrece detalles sumamente interesantes: “Marcos, discípulo e
intérprete de Pedro, habiéndoselo pedido en Roma los hermanos (en la fe,
cristianos por tanto) escribió un breve Evangelio
según lo que había oído contar a Pedro. El cual, como lo hubiera oído leer
Pedro, lo aprobó y lo publicó para que con su autoridad pudiera ser leído en
las Iglesias, como escriben Clemente, en el sexto libro de las Hypotypóseis, y Papías, obispo
hierapolitano. A este Marcos lo recuerda también Pedro en su Primera carta (5,13), significando figuradamente
a Roma bajo el nombre de Babilonia: Os
saluda la que está en Babilonia con Electa y Marcos, mi hijo.
“Pues bien, llevando consigo el Evangelio que él mismo había redactado,
se dirigió a Egipto y, anunciando él el primero en Alejandría a Cristo, fundó
allí la Iglesia con tan admirable doctrina y continencia de vida que a todos
los seguidores de Cristo los cautivó con su ejemplo. Por último, Filón, el más
elocuente de los judíos, viendo que la primitiva Iglesia de Alejandría era
todavía judaizante, casi como para alabanza y gloria de su gente, escribió un
libro sobre el modo de vida de ellos y, así como cuenta Lucas (cf. Hch 4, 32-35)
que los creyentes de Jerusalén poseían todas las cosas en común, así él dejó
escrito para su recuerdo lo que veía que se hacía en Alejandría bajo Marcos
como maestro.
“Marcos murió en el año octavo de
Nerón [año 61] y fue sepultado en Alejandría, siendo Aniano su sucesor”[2].
Estas meditaciones han sido
pronunciadas ante un grupo de fieles creyentes, principalmente jóvenes, chicos
y chicas. No muchos en número, pero sí en calidad de vida espiritual. Tanto que
fueron constantes y fieles en la asistencia y escucha de las meditaciones.
Luego, el ponerlas en práctica, ¡nunca se sabe por dónde sopla el Espíritu, ni
a dónde nos lleva!... Lo mejor es dejarse llevar, con fidelidad y entrega
generosa, que ¡Él nunca se equivoca!...
[1] Cfr. https://es.wikipedia.org/wiki/Marcos_el_Evangelista
[2] SAN JERÓNIMO: Libro de los claros varones eclesiásticos,
8.
I. SAN JUAN BAUTISTA: San Marcos, 1, 1-13
Santidad de Juan Bautista
Relieve de Juan en la historia de la salvación
¿Quién es Juan?... ¿Por qué bautiza?...
Misión del Precursor: habrá un
Bautismo nuevo
Bautismo del Señor
Jesucristo se somete a la triple tentación
II. JESUCRISTO COMIENZA SU MINISTERIO: NOS
LLAMA A LA CONVERSIÓN: San Marcos, 1,
14-45
El Señor nos llama a algo muy
bueno: convertirnos
La vocación de los primeros
discípulos, y la nuestra
En la sinagoga de Cafarnaúm: Satanás contra Jesucristo en el
endemoniado
El Señor cura a la suegra de
Pedro
Jesús ante el fervor popular y aplauso de los hombres…
Desprendimiento del Señor. ¡Quiere la salvación de todos los
hombres!
Curación de un leproso: Si quieres, puedes limpiarme
¡Acudamos a los sacerdotes de Cristo!
III. JESÚS QUIERE PERDONARNOS: NUESTRA
CONVERSIÓN: San Marcos, 2
El paralítico: grandeza de la
amistad
El Señor quiere perdonar nuestros pecados, ¡salvarnos!
Jesús hace el milagro: muestra que es Dios, que perdona.
También lo harán sus ministros
¡Recibamos el sacramento del Perdón!
Encuentro con el publicano Leví, Mateo
¡El Señor sale en defensa de los pecadores!
Es preciso cortar con el pecado, como sea…
Sobre el espíritu de penitencia
Jesús nos trae la
novedad del Evangelio. La ley en la Iglesia
Malicia del espíritu farisaico: Jesús, nuevo Legislador. La
ley en la Iglesia
IV. LAS MUCHEDUMBRES SIGUEN AL SEÑOR,
NOSOTROS SOMOS SU FAMILIA: San Marcos,
3
Con plena libertad el Señor obra el bien: cura al hombre de
la mano seca
Jesucristo entre el fervor de la muchedumbre. Elección de
los Doce
Acusan al Señor de ser un demonio: El pecado contra el Espíritu Santo
¿Quiénes son la
familia de Jesús?
V. JESUCRISTO, SEMBRADOR DIVINO:
San Marcos, 4
Parábola del sembrador: ¿por qué
esa forma de enseñar?
Explicación de la parábola: ¿qué clase de tierra somos?,
¿cuál nuestro fruto?...
Los cristianos tenemos que dar luz en nuestro derredor: No
ocultemos nuestros pecados a Dios y a su Iglesia
La semilla de Dios crece y se
desarrolla en las almas
El reino de Dios es como el grano de mostaza, capaz de un
grandísimo desarrollo: congregar a todos los hombres
Poder del Señor en medio de la tempestad
VI. EL SEÑOR, VENCEDOR DEL DEMONIO: ALABA LA
FE: San Marcos, 5
El endemoniado de Gerasa, su
liberación
El demonio resiste perder a los
hombres
Los intereses económicos por encima de la salvación
Ve y cuenta cómo Dios ha tenido misericordia de ti
El Señor, por su gran fe, cura a la hemorroísa
Jesucristo resucita a la hija de Jairo
VII. LA VIDA DE LOS DISCÍPULOS
JUNTO A JESÚS: San Marcos, 6
En la sinagoga de Nazaret: ¡no nos escandalicemos del Señor!
¡Nadie es profeta en su patria! ¡Tengamos una gran fe en el
Señor!
Jesús envía a los discípulos de
dos en dos
Remordimientos de Herodes por la muerte del Bautista
El Señor multiplica los panes y
los peces: ovejas sin pastor
Los discípulos se van formando junto al Señor
VIII. ¿CÓMO ES NUESTRA RELIGIOSIDAD, EL
CORAZÓN?: San Marcos, 7
El legalismo de los fariseos
¿Cómo es nuestra religiosidad?
¿Cuál es la verdad de nuestro corazón, nuestro interior?
La verdadera pureza interior
¡Tenemos que transformar nuestros corazones!
La mujer sirofenicia: ¿cómo es nuestra fe?
Curación de un sordo y tartamudo: ¿y nosotros?...
IX. JESUCRISTO ES EL HIJO DE DIOS: San Marcos, 8, 1-30
Segunda multiplicación de los
panes
¡Gran milagro!
Mala voluntad e intenciones de los fariseos
El fermento de los fariseos y Herodes: ¡cuidado!
Curación de un ciego: ¿cómo es nuestra fe?
Sufrimiento del pecador: quiere dejar el pecado, y no puede…
¿Quién dice la gente
que Soy Yo?
X. SOÑANDO YA CON LA
CRUZ: San Marcos, 8, 31-38
El Señor anuncia por primera vez su Pasión
Jesucristo reprende a Pedro
¡Vivamos con santa
indiferencia, para cumplir en todo la voluntad del Padre!
La locura de no cumplir la voluntad de Dios… ¡Seamos
creyentes de verdad!
Los cristianos debemos recorrer el mismo camino que Jesús:
la cruz
Tristeza y esterilidad de vivir
para sí mismo
El gran dilema de la vida: vivir para Dios o vivir para
nosotros. ¡Lo que está en juego!
¡No nos avergoncemos de Cristo!... ¡Seámosle fieles hasta el
fin!...
XI. DESDE EL TABOR AL CALVARIO: San Marcos, 9, 1-29
El Señor se transfigura en el
monte Tabor
Subamos al Tabor, para luego
subir al Calvario
El Señor responde a sus amigos: cargar con la cruz de cada
día
Jesús se interesa por los suyos, sacarles de apuros
Compasión del con los que sufren: despertar y avivar nuestra
fe
¿Cómo obrar el bien y vencer al demonio?
XII. JESÚS SIEMPRE
INCOMPRENDIDO: San Marcos, 9, 30-50
Anuncia por segunda vez que será llevado a la muerte:
¡quiere que le amemos libremente!
Los discípulos disputan cargos y honores: ¿Quién en el mayor en el Reino?
El que no está contra nosotros, está con nosotros: ¡tengamos
verdadero espíritu eclesial!
Todos seremos juzgados por Dios: para evitar el infierno,
digamos no al pecado, al escándalo
XIII. ¡CUÁNTO NOS ENSEÑA EL SEÑOR!: San Marcos, 10, 1-18
¿Es lícito al marido
repudiar a la mujer? Lo permitió Moisés…
Lo que Dios juntó, no lo separe el hombre
Quien se divorcia y se casa de nuevo, comete adulterio
Dejad que los niños vengan a mí y no los estorbéis
¡En la vida espiritual tenemos que ser como niños!
¿Qué he de hacer para
alcanzar la vida eterna?
XIV. GRANDES PELIGROS
A EVITAR: San Marcos, 10, 19-52
Para alcanzar la salvación, cumplir los mandamientos
El Señor propone la vocación: Él
llama…
El gran peligro de las riquezas para la salvación
¿Se salvarán los ricos?
¿Qué va a ser de
nosotros, que lo hemos dejado todo por Ti?
¿Quiénes serán los
primeros en el Reino del Señor?
El Señor anuncia por tercera vez su condena a muerte:
¡vivamos sin miedo a la cruz!
¡Cuán lejos estaban los discípulos del espíritu de Cristo!
Lo que podemos aprender de Bartimeo
XV. ¡SI PUSIÉRAMOS NUESTRAS VIDAS AL SERVICIO
DE DIOS!: San Marcos, 11
El pollino que nadie había montado: la alegría de servir al
Señor, ¡para lo que quiera!...
El Señor entra gloriosamente en Jerusalén: Espera que,
correspondiendo a su amor, demos frutos de vida eterna
El Señor expulsa a los mercaderes del Templo, y nos habla
del poder de la fe
¿Cómo hemos de orar con fe?
¿Tenemos buena voluntad, un corazón recto?
Parábola de los viñadores: Jesús
será el Hijo martirizado
Una trampa sutilísima contra el Señor: ¿pagar el impuesto al
César o no?
La Iglesia no es competente para tratar cuestiones
temporales, salvo en su vertiente moral y religiosa
El hombre es para Dios, el
dinero para el César
Falsos dioses a los que sirven
tantos hombres…
Si hay resurrección de muertos,
y cómo será la vida eterna
Debemos conocer y alimentarnos
de las divinas Escrituras
Los muertos viven en Dios
¿Cuál es el primero
de todos los mandamientos?
Si amamos a Dios, amemos al prójimo
¿El Mesías es hijo de David? ¡Es el Hijo del Altísimo!
Los discípulos de Jesús han de ser humildes y sencillos
La limosna de la viuda pobre: da más quien da con más amor y
sacrificio
XVII. EL FIN DEL MUNDO, NUESTRA ENTRADA EN EL
CIELO: San Marcos, 13
El Señor anuncia la destrucción de Jerusalén
Las señales
Jesús quiere que vivamos vigilantes: la vida escasamente
cristiana de muchos
Perseverar en la fe y vivir en gracia, ¡para salvarnos!
Días terribles que vendrán sobre Israel: estar preparados
Signos apocalípticos en el cielo: ¡perseverando en la Iglesia
de Dios, nada hemos de temer!
¿Cómo entender los signos de Dios? Seguridad de la fe y de
la esperanza
Apremiante llamada a la vigilancia, ¡para salvarnos!
XVIII. EL SEÑOR DEFIENDE A LOS QUE LE AMAN.
VA A LA MUERTE POR NOSOTROS: San Marcos,
14, 1-34
Los enemigos del Salvador traman su muerte
¡Dios está en el Sagrario!
La murmuración de Judas contra la mujer: La Iglesia atacada
y defendida por Cristo
El Señor siempre defiende a los que le aman
Debemos amar a los pobres
Dedicar tiempo a orar: ¡invertir para el Cielo!
Tener vida espiritual, ¡lo más importante!
Lo que importa: estar inscritos en el Libro de la Vida
¡Pobre Judas Iscariote!
Jesucristo se dispone a celebrar la Pascua
El Señor instituye la Sagrada Eucaristía
La Sangre de Cristo, derramada
por muchos
Beber el vino nuevo
en el Cielo: hijos de Dios en plenitud
No apartarnos del Buen Pastor
¡No caigamos en la presunción de Pedro!: Olvidarnos del
propio yo
¡Aprendamos de la caída de Pedro!: ¡somos tan débiles!...
Soledad, angustia y oración de Jesús en Getsemaní
XIX. NECESIDAD DE LA ORACIÓN. LA GRACIA DE LA
CONVERSIÓN: San Marcos, 14, 35-72
Oremos para cumplir la voluntad de Dios
Cómo el Señor sufre la decepción de sus íntimos amigos
Necesidad de la oración para vencer en las pruebas
Orar para cumplir la voluntad de Dios
Reconozcamos humildemente nuestros pecados y errores
¡Jesús es nuestro único Maestro!
Cuando el hombre no ora, ¡es imposible que sintonice con
Dios!
El amor y la imprudencia de Simón Pedro
El verdadero valor de los hombres: ¿cómo somos ante Dios y
en su Iglesia?
Dominar el uso de la lengua: testimoniar la Verdad
Jesucristo se declara el
Hijo de Dios: condenado a muerte
Las negaciones de Pedro: temió a los hombres más que a Dios
¡Cuánto necesitamos la gracia de Dios!... ¡Demos infinitas
gracias a Dios por nuestra conversión!
XX. CONDENAN A MUERTE AL AUTOR DE LA VIDA: San Marcos, 15
Pilato interroga a Quien es la Verdad
Debemos dar testimonio de la Verdad valientemente, aunque
salgamos perdiendo…
Flagelan al Señor y lo coronan de
espinas
Emprendemos con Jesús el camino al Calvario
El Señor se entrega a la muerte para merecer nuestra Vida:
¡vivamos en la Cruz con Jesús!
El abandono del Señor en la Cruz
El Señor de la Vida muere en la Cruz para darnos su Vida
Sepultan el cuerpo del Señor
XXI. EL SEÑOR RESUCITADO NOS SALE AL PASO: San Marcos, 16
Unas piadosas mujeres se acercan al sepulcro del Señor
El hecho inesperado de la resurrección
Confiemos siempre en el Señor: tengamos una fe firme
Las primeras apariciones de Jesús resucitado
Los Apóstoles, faltos de esperanza, no creen que Jesús haya
resucitado
Últimas apariciones del Resucitado
El Señor envía a los sus amigos a la misión apostólica