MARÍA, CORREDENTORA Y MEDIADORA DOGMA

Presentación

 

Con agradecimiento a Dios –la Santísima Trinidad- y a la Virgen María, tengo el gusto de ofrecer al lector este trabajo centrado en la Bienaventurada Madre de Dios y Madre nuestra, Madre del Redentor Jesucristo,  que nos ha liberado –al precio de su Sangre en la Cruz, cf. 1 Cor 6,20- de la esclavitud del pecado y del demonio, que lleva  a la muerte eterna.

Durante el tiempo que ha precisado formar este libro, he tenido la fortuna de acercarme a las fuentes del saber de la fe: Sagrada Escritura, Santos Padres, magisterio pontificio y episcopal, la reflexión y el estudio de los teólogos… ¡Y todo para beber la sabiduría cristiana, centrada en Jesucristo Redentor, y en su colaboradora fiel Santa María!

Puedo decir –con toda verdad- que en este largo trabajo ha habido momentos en que me he entusiasmado no sólo con la obra redentora del Señor, también de su fiel Discípula y Madre, la Virgen Santísima, que tanto cooperó en nuestra regeneración sobrenatural.

Todo para indagar sobre una inquietud que esconden muchos corazones: ¿María es Corredentora y Mediadora en Jesucristo, para nuestra salvación?...

Una cuestión difícil de responder, compleja como las que más… Porque si es cierto que hasta la primera mitad del siglo XX los espíritus albergaban la esperanza de que pronto serían testigos de la proclamación del dogma de María Mediadora (que engloba ambos aspectos, siendo la Corredención –a  mi entender- lo primero), cuando llegamos a las puertas del concilio Vaticano II, el tema se diluye.

Hubo bastantes Padres conciliares (quizá más de 300, sobre un total de algo más de 2.400) que, al comenzar la primera sesión del Concilio pidieron el dogma. No tuvieron presente que el Papa Juan XXIII, cuando convocó el Sínodo universal, descartó emitir definiciones dogmáticas y anatemas contra los errores en la fe. Quería que el Concilio fuera pastoral, en diálogo con el mundo moderno, a fin de establecer cauces de comunicación, y así superar cierto aislamiento de la Iglesia. ¡Había que salir al encuentro del hombre moderno!, con sus inquietudes y problemas, para darle a conocer mejor a Jesucristo y la esperanza que nos ofrece la fe. ¡La Iglesia quería imprimir un nuevo dinamismo evangelizador!

Por eso mismo, además de los diálogos que hubo entre los obispos (los discursos, ponencias, intervenciones pontificias…), con los primeros meses de debates la cuestión se fue olvidando, de tal forma que se descartó la posibilidad de ese nuevo dogma. ¡Era una cuestión que no interesaba al Concilio por lo ya apuntado!

Curiosamente, cuando falleció san Juan XXIII y le sucedió Pablo VI, este, siendo Arzobispo de Milán no era partidario de tratar a María como Mediadora. Reconocía que es nuestra Intercesora ante Jesucristo –¡no hay quien lo pueda cuestionar!-, pero el término referido no le agradaba. Seguramente por razones ecuménicas, a fin de no ahondar en la ruptura con los cristianos separados de la Iglesia católica (ellos no aceptan más que a Jesucristo Mediador), antes bien hacer todo lo posible por alcanzar la unidad.

Sin embargo, a medida que fue transcurriendo el tiempo conciliar, hubo obispos que expresaron su disconformidad con el tratamiento dedicado a la Madre de Dios. Por eso, el mismo Pablo VI –a fin de procurar la unidad y que se alcanzara un acuerdo aceptable- quiso que el Concilio reconociera a María Mediadora. Además la proclamó Madre de la Iglesia. Pero no se habló ni se trató de ella como Corredentora.

Una vez clausurado el Concilio, se produjo en la Iglesia lo que algunos han denominado “invierno mariano”; es decir, una especie de silencio sobre María. Algo inexplicable: duró unos diez años. Por eso san Pablo VI tuvo que hacer un gran esfuerzo por revitalizar el amor y el culto a la Virgen. De ahí documentos tan importantes como las exhortaciones apostólicas Marialis cultus (2-2-1974), Signum Magnum (13-5-1967)…

Luego vino san Juan Pablo II que retomó la enseñanza conciliar sobre María Mediadora en su Encíclica Redemptoris Mater (25-3-1987). También en el Catecismo de la Iglesia católica (11-10-1992). Pero sin que se haya vuelto a hablar de la corredención mariana, como sí hicieron con  toda claridad los primeros pontífices del siglo XX, en continuidad con los Santos Padres de la Iglesia y las enseñanzas de los santos.

¡Y ahora nos hallamos en pleno siglo XXI!... Habiendo consumido casi un cuarto del mismo, nos preguntamos: ¿Cómo están las cosas?... Prácticamente siguen en silencio. Los Pastores de la Iglesia apenas si tratan el tema. Los teólogos lo mismo (antes del Concilio había muchos, que eran fervientes partidarios). Da la impresión que hemos tropezado con una gran piedra, como si fuera un tema tabú

Sin embargo, hay muchos cristianos –sencillos y fervorosos- que aguardan que el Cielo se manifieste, e intervenga, en orden a la proclamación del dogma de María Corredentora.

También parece que Dios –especialmente la Virgen- se ha manifestado así. Fue en tiempos de Pío XII (que proclamó el dogma de la Asunción de la Virgen, pero que no quiso abordar su Mediación) cuando tuvieron lugar las apariciones de la Virgen –reconocidas por el obispo del lugar- en Ámsterdam, bajo el título de La Señora de todos los pueblos. La vidente, llamada Ida, comunicó que la Virgen quería que se proclamara el quinto dogma mariano: María Corredentora, como camino para glorificar a Dios y que la paz reine en el mundo.

Pero, desde entonces, ha transcurrido mucho tiempo y, en lugar de avanzar, nos hemos estancado, por no decir que estamos “en punto muerto”. Muy próximas a nosotros en el tiempo son las apariciones de la Virgen en Akita (Japón) y en Medjugorje (Bosnia y Herzegovina). Sus mensajes, al menos en parte, parece que apuntan en esa dirección…

En fin, del estudio realizado, y considerando el momento mariano en que nos hallamos, parece que quedamos un tanto confusos y perplejos.

A fin de que cada persona pueda formarse su propio criterio sobre cuestión tan importante –que supone una inmensa riqueza espiritual y teológica-, he plasmado este libro.

Queriendo ser objetivo, de forma que “todas las cartas queden en la mesa boca arriba”), me he hecho eco de las enseñanzas de Dios en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia. Por eso que las citas sean tan abundantes.

El testimonio de los primeros Pastores de la Iglesia –en su mayoría obispos santos- es elocuente: los Santos Padres. También los Doctores de la Iglesia, todos ellos santos y muchos, igualmente, obispos y papas. Luego están los escritos de los santos.

Donde menos testimonios he encontrado ha sido en la Sagrada Liturgia que, en consonancia con la verdad de la fe, constituye un lugar teológico de primerísima importancia, tanto que el axioma dice: lex orandi, lex credendi; es decir, lo que la Iglesia reza es la norma segura de la fe.

No obstante, a principios del siglo XX (con los papas Benedicto XV y Pío XI) sí que fue reconocida en la Iglesia la Mediación de María. El Cardenal Mercier, Arzobispo de Malinas (Bélgica) obtuvo la celebración litúrgica de María Mediadora, que se podía celebrar en toda la Iglesia. Pero –como dijimos-, tras el Concilio, ¡se ha perdido el rastro a tan importante cuestión mariológica, y de fe!...

Son muchos los que consideran que nos hallamos ante una verdad de fe no definida dogmáticamente, pero que es de fe. La calificación teológica que le otorgan es de fe implícita, de próxima a la fe. Entre los teólogos, anteriores al Concilio, era sentencia común, y definible.

Quiera Dios que el Espíritu de la Verdad nos asista a todos, tanto Pastores como fieles comunes, en orden a descubrir qué nos da a entender Dios con todo esto. No estará de más preguntarnos qué espera de nosotros, pues la Iglesia siempre debe vivir atenta al querer de Dios, a fin de secundarlo fielmente, con prontitud y generosidad. ¡Y ponerlo por obra!...

Son muchos los que esperan con esperanza, valga la redundancia. No es difícil advertir que un nuevo dogma mariano –el quinto- supondría una gran fuerza para la fe, un despertar las conciencias de muchos, dominados por el clima secularizado reinante, cuando la increencia y el ateísmo imperan por doquier. Todo ello contando con la ayuda de la que es conocida como la Omnipotencia suplicante.

¡Sin duda que sería un buen acicate para impulsar la nueva evangelización en que se halla comprometida la Iglesia!, ¡Iglesia en salida!...


ÍNDICE

  

PREÁMBULOS

 

¿Qué entendemos por corredención de María?

¿Cómo se fue desarrollando en la historia la verdad teológica de la Corredentora?

 

 

PRIMERA PARTE: MARÍA CORREDENTORA

 

La Biblia muestra la cooperación de María en la obra de la reconciliación

 

I. Vida de María antes de sacrificar a su Hijo Jesucristo

 

Predestinada por Dios a ser Inmaculada

La Anunciación a María

Con la mirada puesta en el Calvario

Madre del Redentor

Presentación del Niño Jesús en el Templo

Huida a Egipto y regreso a Nazaret

El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo

María en las bodas de Caná: revelación del Salvador

 

II. María al pie de la Cruz

 

Íntima unión entre Jesús y María

El misterio de la Redención

Acción directa de María en la obra redentora

No hay dos principios de redención

Compañera y Socia del Redentor

Crucificada con Cristo

Sufrimiento redentor

Compasión  de María

Valor de la compasión  de María

 

III. Partícipe de la obra redentora

 

Tratamiento general: Santos Padres

María Corredentora: origen del término

Principio fundamental: corredención y mediación

¿Qué es la Corredención?

- Lo que deshizo Eva, lo recompuso María

- Los Santos Padres y Doctores de la Iglesia nos hablan: dos Evas

- El testimonio de los santos

- Enseñanzas de pastores y teólogos

 

IV. Los méritos de la Corredentora

 

Teólogos de los siglos XVI al XVII: sus méritos

- Giovan Battista Novati

- Fernando de Salazar

- Algunos testimonios de la Escuela Francesa

En el siglo XVIII

En el siglo XIX

El mérito de María en el Calvario

Dos clases de méritos: condigno y congruo

Enseñanzas de los santos y de los papas sobre los méritos de María

En teólogos españoles

 

V. En otras fuentes: Tradición

 

Tradición eclesial

Santos Padres de la Iglesia

Corredención y dogmas marianos

La Corredentora en la liturgia

Percepción mariana de Doctores y Pastores

 

VI. Magisterio de la Iglesia

 

Los papas anteriores al concilio Vaticano II

Dos papas santos conciliares

Concilio Vaticano II, acontecimiento crucial

- Fase Antepreparatoria

- Fase Preparatoria

- Desarrollo conciliar

Síntesis mariana del Concilio

Concilio: ¿María es Mediadora y Corredentora?

María Corredentora en el concilio Vaticano II

Últimos pontífices

 

VII. Estudio teológico

 

Comprender el misterio redentor: significado de la corredención

Teólogos a favor y en contra de la corredención  mariana

Cómo cooperó en la obra de la redención

¿Cómo María llegó a ser Corredentora?

Su acción en la obra redentora

Corazón de María traspasado de dolor

¿Qué supone que María sea nuestra Corredentora?

Corredención y Mediación

En el actual momento teológico

La Corredención como concepto discutible

Contribución de María a la Redención

María es corredentora por su gracia

Clases de redención

Consecuencias que se derivan

Calificación teológica

¿Una definición dogmática?

Oposición al título de Corredentora

Sentir actual de la Iglesia

Corredención de María y de la Iglesia

 

VIII. ¿Sacerdocio de María?

 

¿Qué registra la historia?

Autoridades que han abordado la cuestión

Corredención y sacerdocio en María

El sacerdocio de María

Argumentos teológicos en favor

¿María es sacerdote?

 

* Anexo

María Corredentora en el Catecismo de la Iglesia católica

 

 

SEGUNDA PARTE: MEDIACIÓN DE MARÍA

 

I. En las fuentes

 

En el Nuevo Testamento

La patrística

La liturgia de la Iglesia

Romanos Pontífices

Santos Doctores

Los santos de la Iglesia

Impulso del Cardenal Mercier

Otros Pastores

 

II. En clima conciliar

 

Antes del concilio Vaticano II

Mediación de María en el Concilio

Tratamiento en la Fase Antepreparatoria

¿Cómo fue en la Fase Preparatoria?

Tratamiento de la Mediación antes del Concilio

María en los debates conciliares

María en los documentos del Concilio

Papas postconciliares

 

III. Concepto de mediación mariana

 

* Razón teológica

¿Cómo María ha llegado a ser Mediadora?

Intercesora segura y eficaz

¿Por qué es Mediadora?

Actuación de la mediación de María

 

* Otorga la gracia de Dios

Depositaria de la gracia

Testimonios de autoridad

Saber de los teólogos

 

* Dispensadora de las gracias

Prenotandos

Santos Padres y Magisterio

La voz de los santos

Pensamiento teológico

Cómo actúa María en el orden de la gracia

¿Cómo distribuye las gracias?

¿Qué gracias nos otorga?

 

* Maternidad espiritual

Los Padres de la Iglesia

En los papas de la Iglesia

Santos Doctores

Sabiduría teologal

¿Cómo es la maternidad de María?

Maternidad, Corredención y Mediación

Maternidad de María y Corredención

María Corredentora y Madre espiritual de los hombres

¿Definición dogmática?

 

* Madre de los cristianos

Enseñanzas de los papas

Padres y santos de la Iglesia

Santos Doctores

Opinión de los teólogos

 

* Madre de todos los hombres

Enseñanzas pontificias

 

* Omnipotencia suplicante

En los papas de la Iglesia

Santos Padres

Escritores eclesiásticos

Opinión teológica

 

* María es nuestra Abogada

Padres de la Iglesia y santos

En la liturgia: Abogada nuestra

En los pontífices y santos

Pensamiento de los teólogos

 

* La intercesión de María

Presente en los papas

Enseñanza de los santos

Cómo intercede

La intercesión de María en la liturgia

 

*Ayudadora en nuestra salvación

Nuestros Padres en la fe

Doctores y santos: común testimonio

María, esperanza de salvación

Los teólogos sentencian

 

* Mediadora y otros títulos marianos

 

* Reina del Cielo

En la antigüedad cristiana: los Padres

Hablan los papas

María Reina y Corredentora según Pío XII

Los santos honran a la Reina

Reconocimiento teológico

 

* Anexos

La Encíclica Redemptoris Mater

En el Catecismo de la Iglesia católica

 

 

TERCERA PARTE: CORREDENTORA Y MEDIADORA

 

¿Es definible la mediación de María?

Objeciones a María Mediadora

Discrepancias: ¿María es Mediadora o no?

Superación de las diferencias

Cómo se distribuyen las gracias

Legitimidad del título de Corredentora

¿Títulos alternativos?

Hacia el dogma

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA CITADA



Precio: 37.00 €