FRANCISCO,  LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Presentación

 

De la mano de Francisco comenzamos a meditar el libro Hechos de los Apóstoles, del Nuevo Testamento.

Tendremos, pues, ocasión de contemplar el nacimiento de la Iglesia de Cristo en Pentecostés. Por tanto, la vida de los primeros cristianos, con su rica diversidad (Apóstoles y discípulos, a los que –pasando un tiempo- sucederían los obispos y presbíteros, además de los diáconos). También con su pluralismo, conforme a la vocación de cada persona en la Iglesia de Dios y su posición o estado de vida en la sociedad, además de los dones y carismas recibidos (matrimonios, viudas, vírgenes...).

Tras escaso tiempo, la comunidad de los creyentes se abrió al universo mundo, llevando el Evangelio a todas las naciones de la tierra entonces conocida: Id, enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado (Mt 28, 19-20).

Leyendo las enseñanzas de Francisco, siguiendo el hilo conductor de san Lucas, autor del Libro, sabremos más de Pedro, Santiago el Mayor (primer Apóstol martirizado), de Matías, que ocupó el puesto dejado por Judas Iscariote... También sabremos de Santiago el Menor, responsable de la Iglesia en Jerusalén. Y de aquel desconocido –tan temido en otro tiempo, pues persiguió a la Iglesia-, Saulo de Tarso, que si ciertamente su nombre (cambiado em Paulus) significa pequeño, ¡fue muy grande en el espíritu y en el apostolado!...

También nos llegarán noticias del primer mártir de la Iglesia, san Esteban, aquel joven tan entusiasta y enamorado de Cristo que no evitó la muerte a manos de los adversarios, confesando la divinidad y glorificación celeste del Señor. ¡Fue el primer coronado en el Cielo, que eso significa su nombre!...

Su sangre, derramada por Cristo, mientras Saulo aprobaba el crimen, sirvió para que vinieran a la Iglesia levas de cristianos, abrazando la fe. Se cumplió así lo que comentara tan sabiamente el antiquísimo escritor de la Iglesia, Tertuliano: «La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos».

¡Eso es lo que necesita la Iglesia en nuestro tiempo!: ¡Martirio y santidad!... Mártires no faltan, pues el siglo pasado y el que llevamos en curso son muy pródigos en mártires. De ello se hizo eco el papa venido de Polonia, en la Carta apostólica preparatoria al nuevo milenio cristiano: Tertio millennio adveniente (10-11-1994).

Santos tampoco faltan, pues las beatificaciones y canonizaciones (principalmente de san Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco) están siendo abundantísimas, ¡mucho más que en siglos y siglos de cristianismo!...

¿Qué necesita, pues, la Iglesia en esta hora tan compleja y difícil de la historia?, cuando sobre ella se ciernen tantos peligros y amenazas... A mi entender, lo que necesitamos urgentemente es una gran conversión interior, de forma que nos entreguemos con todas las veras de nuestras almas a Dios, para amarle y glorificarle, viviendo en santidad y en gracia. ¡Y para servirle amando y ayudando a nuestros hermanos, los hombres y mujeres de nuestro tiempo!, pues muchos de ellos no conocen a Dios, y necesitan que les llegue el calor del amor fraterno, de la solidaridad y la justicia, como remedio a sus necesidades temporales...

¿Qué más necesita la Iglesia y el mundo actual?... ¡Un nuevo Pentecostés!... ¡Sí!, que se cumpla lo que san Juan XXIII deseó al convocar la celebración del concilio Vaticano II: ¡un nuevo Pentecostés!...

De igual manera se pronunció san Pablo VI, que recibió la encomienda de continuar el Concilio, terminarlo y llevarlo a efecto, ¡aplicarlo conforme al sentir de los Padres conciliares!... Su trabajo pastoral fue muy difícil, cargado de problemas gravísimos y sinsabores sin par...

Todo o, al menos, en gran parte por la desobediencia de tantos cristianos, ¡sin olvidar a muchos sacerdotes y religiosos!... Tanto que si Juan XXIII, al convocar el Concilio –como comentó- quiso abrir las ventanas de la Iglesia para que entrara una bocanada de aire fresco –considerando, en muchas vertientes, la realidad del postconcilio--, habríamos de decir que entró un huracán devastador, causando destrozos enormes en la Iglesia y en las almas de tantos seres humanos...

No obstante, san Juan Pablo II, en cierto momento del pontificado,  comentó que en la Iglesia de Dios se apercibía el surgir de una nueva primavera, ¡de un nuevo Pentecostés!...

Pero las cosas sigue como siguen... ¡Vivimos tiempos muy duros, en todos los flancos!... Y el futuro parece muy incierto, ¡y hasta oscuro!...

Sabemos que la barca de Pedro no se hundirá, ¡que la Iglesia es invencible, indestructible!... Pero, ¿por qué permite Dios tantos males, que se ciernen sobre ella?... ¿Tantas personas que se han alejado de Dios, abrazando formas y estilos de vida incompatibles con el Evangelio?... ¿Qué tendrá que hacer Dios para salvar a la humanidad, en esta hora tan penosa de la historia?...

Los tiempos son muy recios, ¡adversos a la fe y al Evangelio!... Pero, ¡Dios quiere salvar a todos!.... ¡Y con ese fin nos otorga su ayuda, la sobreabundancia de su gracia!... ¡Hemos de tener fe firme y esperanza inconmovible!... Christus vivit, Christus regnat, Christus imperat. ¡El Señor no ha fracasado ni fracasará!... ¡Estamos en el camino de la salvación!...

Pero –la verdad sea dicha-, ¡nos cuesta tanto seguir el ritmo de Dios!... ¡Ni siquiera le entendemos!... ¡Y hoy son millones y millones los que no quieren saber de Él!...

¡Y eso que el Señor nos ha concedido tres papas santos, seguidos, uno tras otro!... ¡Y estamos como estamos!...

¡Ya sabemos qué necesitamos!... ¡Un nuevo Pentecostés!... Sirva a ese fin la lectura y meditación de este libro. Y jamás olvidemos las palabras de nuestro Redentor: Sin Mí no podéis hacer nada (Jn 15,5).

        


ÍNDICE

  

 

PRESENTACIÓN

 
I. ESPERANDO AL ESPÍRITU SANTO

 
La fuerza de la Palabra de Dios: el Espíritu

Jesús promete enviarlo

El Cenáculo: la historia de la salvación prosigue avanzando

 
II. LOS PRIMEROS PASOS DE LA IGLESIA

 
A partir de la resurrección del Señor

La primera comunidad cristiana

El extravío de Judas Iscariote

Elección de Matías

Misión de los Apóstoles: reflejar a Cristo

 
III. PENTECOSTÉS

Esperando con María: orar siempre

Signos que acompañan su venida: significado espiritual

La palabra de los Apóstoles, Palabra del Espíritu

El gentío reunido queda sorprendido

 
IV. FRUTOS PENTECOSTALES

 
Entrega De fe, llamada a la salvación

La Iglesia de Jerusalén, paradigma de la comunidad cristiana

Bautismo y fraternidad

La comunidad crecía

 
V. PRIMER MILAGRO DE LOS APÓSTOLES

 
Sus milagros, divinidad de Jesús

El primer milagro: despertar la fe

Te doy lo que tengo: a Cristo

Pedro obra el milagro: Iglesia que acoge  y ayuda

El arte del acompañamiento

 
VI. COMUNIÓN ECLESIAL EN JERUSALÉN

 
Comunión eclesial y eucarística

Caridad fraterna: ayudar a los necesitados

Desprendimiento económico y unidad de la comunidad

Comunión entre los hermanos

Corresponsabilidad eclesial y solidaridad en las necesidades

El ejemplo de Bernabé y contraejemplo de Ananías

 
VII.  LA IGLESIA SE PROPAGA

 
Vitalidad de la Iglesia primitiva y cuidado de los enfermos

San Pedro, figura central: testigo de Cristo

Envidia de los saduceos contra los Apóstoles, apresados

 
VIII. LOS APÓSTOLES, EVANGELIZADORES DE CRISTO

 
Fortaleza de los Apóstoles

La fortaleza de los cristianos: el martirio

Apóstoles para dar voz al Espíritu Santo. Gamaliel

Lo que no se construye sobre Dios, se derrumba

 
IX. LOS DIÁCONOS EN LA IGLESIA: ESTEBAN PRIMER MÁRTIR

 
Problemas de la comunidad cristiana y la murmuración

Los Apóstoles, fieles a su misión: orar y evangelizar. Los diáconos

Martirio de san Esteban

Vivamos abandonados en las manos de nuestro Padre Dios

 
X. EL DIÁCONO FELIPE BAUTIZA

 

Primera persecución contra la Iglesia de Dios

Felipe encuentra al tesorero del reino de Etiopía

Felipe le explica los misterios de Cristo: lo bautiza

El protagonista de la evangelización es el Espíritu Santo

 
XI. LA CONVERSIÓN DE SAULO: PABLO

 
Saulo: perseguidor de Cristo

Jesucristo va tras Saulo: ganarlo para el Amor

Saulo es bautizado: Pablo, que significa pequeño de Dios

  

XII. LOS PAGANOS TAMBIÉN SON LLAMADOS POR CRISTO

 
El Evangelio: para el mundo entero: el centurión Cornelio

Escándalo entre los cristianos de origen judío

¡Dios quiere salvar a todos los seres humanos! ¿Cómo actuamos nosotros?

  

XIII. CUANDO SURGEN PROBLEMAS EN LA IGLESIA…

 
El Evangelio es para el universo mundo

Naturaleza de la Iglesia: abierta a todos

Pero algunos se oponen… Los judaizantes

Resolver los conflictos: verdad y caridad

 

XIV. EL ESPÍRITU SANTO, PROTAGONISTA DE LA MISIÓN DE LA IGLESIA

 
Pablo en Macedonia

Mujeres de Filipos reciben el Evangelio

Pablo y Silas en la cárcel: el carcelero se convierte

  

XV. PABLO EVANGELIZANDO SE ADENTRA EN EUROPA


Evangeliza en Atenas

Cómo interpela a los atenienses

Su mensaje salvífico es rechazado

 
XVI. EL APÓSTOL LLEGA A ACAYA

 
En Corinto con Áquila y Priscila

Los tres trabajando y viviendo la fe

Llegan a Éfeso

Santificar la vida familiar: ser evangelizadores

 
XVII. PABLO EN ÉFESO


Primeros frutos apostólicos

Pablo desenmascara algunos engaños pseudo-religiosos: la magia

Persecución religiosa por intereses económicos

Relevo pastoral en Mileto

Exhortación pastoral: cuidar la grey del Señor

 

XVIII. LLEGAMOS A JERUSALÉN

 
Pablo es rechazado y acusado

Persecución religiosa en nuestro tiempo

Pablo cuenta conversión

Es llevado preso a Roma

 
XIX. PABLO LLEGA A ROMA

 
Para dar testimonio de Cristo

Mar turbulento: salvarán la vida

Desembarcan en Malta

En las pruebas, confiar en Dios

  
XX. PABLO EN ROMA

 
Evangelización intensa

Testimoniando a Cristo sin cesar

Valentía apostólica de Pablo

 



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