VIDA DE MARÍA VALTORTA

Presentación

 

Asomarse a la vida de María Valtorta constituye un grandísimo descubrimiento. Fue una mujer muy probada en el sufrimiento (tanto físico como moral). ¡Cómo amaba el sufrir con Jesús y por Jesús!... ¡Tanto que no podía, ni quería vivir sin sufrir!, pues caso que la faltara, le faltaría el mismo Señor, pérdida que ella no podía asumir de ningún modo.

Conocer a María –lo que fue su paso por este mundo, camino del Cielo-, ¡es deslumbrante!... Leyendo su vida, uno no puede menos que preguntarse: ¿Pero es posible sufrir tanto?... Y: ¿es posible amar tanto el sufrimiento?... ¿Cómo?, ¿por qué?, ¿para qué?...

¡Esto no lo entiende el mundo!,... ¡ni lo puede entender!... Es un lenguaje inaudito, un modo de vida totalmente extraño y contrario a los criterios que imperan aquí abajo...

Los cristianos sí, nosotros lo entendemos... Pero, ¡no siempre!... Además hay que reconocerlo: aun comprendiéndolo, muchas veces nos cuesta asimilarlo, asumir sus exigencias...

Desgraciadamente, ¡son tantos los bautizados que jamás entenderán esto!... Están bautizados, pero ¡no son de Cristo!,... ¡no viven para Él!... Contemplan al Señor crucificado y se duelen, hasta lloran... Pero ver al Redentor tan torturado no es algo que afecta a sus vidas, ¡no las transforma!...

Muchas veces, todo lo contrario: ¡viven para este mundo, con sus criterios y pautas o normas de vida!... Mejor, ¡viven para sí mismos!, porque no conocen ni aman a Jesús... Y, además, ¡no están dispuestos a cambiar de vida!... Cambio que sólo puede realizar el Espíritu Santo, ¡como ha hecho con nosotros!... Deo gratias!... ¡Infinitas gracias sean dadas a Dios!, sin cesar...

Escribiendo esto, me vienen a la mente aquellas palabras del Señor, dichas por nosotros: Padre, no te pido que los saques del mundo, sino que los guardes del mal (Jn 17,15).

Siguiendo al Señor Jesús, muerto y resucitado por nuestra justificación, en Él reconocemos al Único que nos puede salvar, otorgar la vida eterna: No se nos ha dado otro Nombre bajo el Cielo en el que podamos ser salvados (Hch 4,12), reconocieron los Apóstoles tras la resurrección de Cristo.

De ahí que nos advirtiera el Señor, de forma que no nos extrañe que sean muchos los que no comprenden nuestra forma de vivir en Cristo, que incluso pueden despreciarnos, odiarnos, ¡perseguirnos!.... El mundo os odiará por mi causa, porque no sois del mundo (Jn 15,19).

Pues María Valtorta fue una mujer muy singular, especialmente elegida por Dios, a fin de desposarla en matrimonio espiritual, como víctima de amor, en orden a corredimir a los seres humanos alejados y muertos para Dios, a causa de la incredulidad y del pecado, como escribiera el Apóstol de las gentes: Completo en mi carne lo que falta a la Redención de Cristo (Co 1,24).

Teniendo, pues, presente esto, María describió bellamente su vida escribiendo: “En el momento en que nací, el espino rocía con nieve viva los setos hasta entonces estériles, y sus pequeñas flores, blancas como una pluma perdida por una paloma en vuelo, acarician las espinas de color marrón rojizo de sus ramas. En algunos países de Italia llaman al espino salvaje Spina Christi y dicen que la corona espinosa del Redentor estaba hecha de estas ramas que, si torturan la carne del Salvador, son protectoras de los nidos que nuevamente están llenos de pispigli y amor.
“Al pie del espino, flor cuaresmal en su manto y cristiana en humildad, la violeta huele suave... Un olor más que una flor... Un olor leve y penetrante, una flor humilde y tenaz que se satisface con todo para vivir y florecer.
Me gustaría llamar a esta vida por el nombre de una de estas dos flores y "especies de violeta", que vive en las sombras pero "sabe" que el sol brilla sobre ella para darle vida y calor. Él lo sabe, incluso si no lo ve; Y huele, exhalando todo de sí misma en incienso de amor, para decir "gracias"[1].

Como seguramente habrá intuido el lector, María se autodenominaba: violeta, simplemente violeta, ¡violeta de Cristo y para Cristo!...

En sintonía con sus sentimientos, ella que nos estará viendo desde el Cielo, junto a su Esposo, engalanada con la veste nupcial (virgen y mártir del dolor, y por las almas y la Iglesia), confiamos al lector este libro que es una expresión nueva de su Autobiografía, queriendo servir a María y a la Trinidad Santísima.



 


ÍNDICE GENERAL

  

PREÁMBULOS

Testimonios de santas y santos

Es difícil encontrar almas dispuestas a ser víctimas: Jesús las necesita

El matrimonio místico a lo largo de la historia: unas pinceladas

Algunos testimonios

Jesucristo desposa a María

 

I. DESDE SU NACIMIENTO A LA ADOLESCENCIA

Nacimiento y primeros años

Avanzando y madurando en la vida

Llamada a sufrir: su padre

La familia se traslada a Voghera: Primera Comunión de María

Sufrimiento a causa de su tío

María en el Colegio

Jesucristo se muestra a María

Gran sufrimiento a causa de su padre

La proa de Valtorta orientada hacia Cristo

Viviendo en Florencia

La vida de Valtorta fue una vida mística

 

II. MARÍA CONOCE A LOS QUE SERÁN SUS DOS AMORES HUMANOS

Personalidad de María

Amistad con un joven de Bari

Cómo era María: un sueño especial

Luchando contra las tentaciones

Con la prima Josefina

Mario viene buscando a María

Con su prima Clotilde: más sufrimientos

Mario quiere desposar a María

En Reggio Calabria: ¡pobre Mario!... ¡pobre María!...

Desahogo de María a causa de Mario

María vuelve a Florencia

 

III. UNIÓN ESPONSALICIA CON CRISTO

¿Cómo se entregó a Dios? El noviazgo

En la escuela del dolor y del amor

Dios le dio dos alas de arcángel

María, víctima de amor en Cristo

Viernes Santo de 1930

Espiritismo en casa de María

Con Sor Benigna Consolata Ferrero, víctima de amor

Ausencias en la vida cristiana

Martirio de amor, martirio de sufrimientos

María ve a su Custodio

Saber comprender: valor inestimable

Sobre el dolor que viene de Dios

Sufriendo con Jesús

 

IV. LA VOCACIÓN DE MARÍA

Amor eucarístico y martirizante de María

María eleva a Dios el Cántico del Amor

Crucificada con Cristo

Viviendo en la comunión de los santos

Atacada por el demonio

Con el consuelo de Jesús, sufrimiento y más sufrimientos... ¡Salvar a las almas!

La vocación de Valtorta

Salud muy quebrada y celadora del Apostolado de la Oración

Últimos acontecimientos familiares

Hasta dónde llegó el amor de María...

 

V. PREPARÁNDOSE PARA EL CIELO

De 1935 a 1940

María en Getsemaní: diálogo con el Señor

Año 1940: Italia, el mundo en guerra....

Padre Romualdo Migliorini, Director Espiritual

Madre Teresa María, la carmelitana

El Padre Conrado Maria Berti

Su experiencia de Dios

Víctima en amor de Dios y a los hermanos

Animando a todos a tener vida espiritual

Su faceta de escritora

¿Cómo escribía María Valtorta?

Los escritos de María, fruto de unas revelaciones privadas

Balance de toda una vida


 

 



Precio: 19.76 €