EL AMOR DEL PADRE

Presentación

            Dios Padre es la primera Persona de la Santísima Trinidad. De Él procede el Hijo (una vez Encarnado, Jesucristo Nuestro Señor). Procede del Padre por vía de entendimiento: el Hijo es el pensamiento que el Padre tiene de Sí mismo desde toda la eternidad. Al pensarse engendró al Hijo, que es Uno con Él, de su misma naturaleza o sustancia divina.

            Y de ambos procede el Espíritu Santo, que es el Amor Increado que el Padre y el Hijo se tienen desde toda la eternidad. Amor que procede por vía de volición (es espirado). También llamado Paráclito, el Espíritu Santo es Uno con el Padre y el Hijo, de la misma sustancia o naturaleza divina.

            Considerando tan excelso e insondable misterio, se comprende la afirmación de los teólogos: El Padre Celestial es la fuente de la Trinidad. Lo cual no ha de entenderse como si el Hijo o el Espíritu Santo estuvieren subordinados al Padre, o que fueran posteriores. No. Las Tres divinas Personas son coiguales y coeternas entre sí. Son diversas, pero iguales, siendo Un solo Dios. Las Tres viven y se aman eternamente (obras ad intra, en el seno de la Trinidad).

            En cambio, en las obras que las divinas Personas realizan fuera del seno de la Trinidad (se conocen como ad extra, significando que las realizan hacia fuera de Sí mismas, de la Trinidad Una), las Tres actúan de igual modo. Pero determinadas obras se atribuyen a una de las Tres, como si estuviera más en consonancia con la misma (a esto en teología se denomina apropiación).

            Por eso, podemos decir con toda verdad que Dios Padre creó el mundo. También que lo creó el Hijo. Y que lo creó el Espíritu Vivificante. De igual modo, se puede decir que el Padre creó por el Logos (la Palabra eterna, el Hijo). Y que lo creó en el Espíritu Santo (pues la Creación es obra del amor de la Santísima Trinidad).

            Sin embargo, la obra de nuestra Redención es obra de Jesucristo, el Hijo de Dios Encarnado. Pero cuando Él sufría en la Cruz y resucitó por su propio Poder divino, también en la realización de nuestra salvación estaban obrando el Padre y el Paráclito, pues las Tres divinas Personas son inseparables, ya que constituyen una sola naturaleza o divinidad.

            De igual modo, cuando vino el Espíritu Santo en Pentecostés para constituir la Iglesia de Dios y vivificarla, también el Padre y el Hijo (Jesucristo, su Fundador y Cabeza de la misma: su cuerpo) estaban presentes. Las Tres nos santifican en la Trinidad una e indivisible.

            Teniendo, pues presente lo que hemos expuesto sobre el obrar de la Santísima Trinidad, y la apropiación de determinadas obras a alguna de las divinas Personas en particular, hemos de señalar que al Padre se le atribuye la decisión de crear el mundo, que lo hizo por el Hijo y el Espíritu Santo (san Ireneo de Lyon exponía esto bellamente diciendo que éstas Personas divinas constituían como “las manos” por las que el Padre actuaba).

            De igual modo, al Padre se le atribuye la Providencia sobre el mundo y todo lo creado, sin que por ello hayamos de entender que el Hijo y el Espíritu fueran extraños a ello. De igual modo, se le atribuye la Misericordia, pues es muy propio de un padre bueno ser bondadoso y misericordioso con sus hijos, teniendo gran paciencia con sus defectos y debilidades...

            En este conjunto de datos, en las páginas que siguen a continuación, hemos tratado de brindar al lector algunas consideraciones doctrinales, espirituales y ascéticas en torno a la vida cristiana, que se ha de vivir en Jesucristo, y a impulsos del Espíritu Santo, para permanecer en la comunión del amor del Padre.

            El objetivo trazado es ayudar a que los fieles cristianos tengan mayor, y más íntima vivencia del amor del Padre en sus vidas, que puedan experimentar la ternura de su amor, la grandeza de su misericordia y la generosidad del perdón divino. Así serán mejores testigos y apóstoles del Dios vivo y verdadero en medio del mundo, para facilitar el acceso a la fe a cuantos buscan a Dios, y a todos los hombres de buena voluntad.

            De ahí nuestro intento de describir algunos de los caracteres que configuran al Padre en el conjunto del misterio cristiano. Gracias al don del Bautismo, los fieles cristianos viven inmersos en el misterio del Dios Uno y Trino. Depositarios de la gracia de la filiación divina, habrán de vivir llenos de confianza y esperanza en las promesas salvíficas de Dios. Mientras tanto, en su caminar terreno hacia el Padre, habrán de trabajar en la medida de lo posible por instaurar el Reino de Dios en medio del mundo.

 
 

 

 

ÍNDICE GENERAL

  

ÍNDICE

 

 

I- ¿QUIÉN ES DIOS PADRE?

 

A) Dios es amor

 

El Padre habla por medio de la Palabra

El Padre busca a los hijos perdidos

El pecado ofende al Padre

La misericordia, don del Padre

La Redención, don del Padre

Reconciliados con el Padre

El Padre perdona siempre

La salvación del Padre

 

B) El Gran Jubileo: acceder a la comunión con el Padre

 

1- «Preparación inmediata»: tres etapas

        a) Jesucristo, único Salvador del mundo

        b) El Espíritu Santificador

        c) La visión del «Padre celestial»

 

2- Por Jesucristo al Padre en el Espíritu

 

 

II- ENTREGADOS AL PADRE

 

A) Respuesta de fe al Padre

 

Toma de conciencia del «don» recibido

        - Fe firme y convencida

        - El don de la fe

 

B) Vocación del hombre

 

Vocación a la inmortalidad

Realización plena en Jesucristo

El hombre redimido por Jesucristo: anhelo de la humanidad

Jesucristo es «Señor de la historia»

 

C) Vivir la vida de Cristo en la Iglesia de Dios

 

Fe en la Iglesia

El gozo y la alegría de vivir en la Iglesia participando de sus bienes

Aplicar las enseñanzas del concilio Vaticano II

Obediencia al Magisterio de la Iglesia

 

D) Vivir en Dios, para gloria del Padre

 

1- Razón de la vida espiritual cristiana

 

La vida de gracia

Vida en Cristo: identificación con Él

Renovación de la vida cristiana

Medios para vivir la «vida cristiana»

Vida cristiana en la «Iglesia de Dios»

 

2- Con Jesucristo, en el Espíritu, hacia el Padre

 

Cristianos: fieles laicos

La vida espiritual de los cristianos

Vida en Cristo

Intimidad con Dios: oración, penitencia y sacramentos

La celebración del domingo y la liturgia de la Iglesia

Imitación de Cristo

Victimación del cristiano

Actitudes cristianas a cultivar

El alimento de la Palabra de Dios, y la formación cristiana

Vida teologal en Cristo

Virtudes morales y virtudes humanas

Sacramentos para la vida cristiana

Testimonio y santidad cristiana

Espiritualidad mariana

 

3- Llamada a la santidad

 

Pecado y «estructuras de pecado»

Sacramento de la penitencia

Opción por los pobres

Llamada a la santidad

 

 

III- VIVIENDO EN EL PADRE

 

A) Por la Vida nueva

 

Vida divina por el Bautismo

¡La alegría de saberse cristiano!

Llamada a la conversión

La Iglesia conduce a los hombres al Padre

El Padre, razón de la fraternidad humana

La Eucaristía realiza la «comunión» con el Padre

La Unción de enfermos

 

B) Viviendo todos en el Padre

 

Vivir el amor del Padre

La alegría de los hijos de Dios

Fieles laicos, alabanza del Padre

La familia tiene su origen en el Padre: deber de glorificarlo

La vida religiosa, don del Padre

Sacerdotes para el Padre

La unidad de los cristianos, don del Padre

 

C) Hijos del Padre en el mundo

 

1- Comprometidos con la suerte del mundo

 

El mundo, obra del Padre: esperanza cristiana

La libertad sólo es realizable en obediencia al Padre

El sufrimiento, bendición del Padre

La paz, don del Padre

El trabajo y el progreso, según el designio divino

 

2- Vida espiritual en medio del mundo

 

Liturgia, glorificación del Padre

El Padre envía a la misión apostólica

Vida moral: obediencia al Padre

Obediencia martirial: ofrenda al Padre

 

3- La oración de los hijos de Dios

 

La oración cristiana, alabanza del Padre

Orar con «hijos de Dios»

        * Padrenuestro

        * que estás en el cielo

        * santificado sea tu nombre

        * Venga a nosotros tu Reino

        * Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo

        * El pan nuestro de cada día, dános hoy

        * Perdona nuestras ofensas

        * como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

        * No nos dejes caer en la tentación

        * Y líbranos del mal

        * Amén

Para acceder al Reino del Padre

La Virgen María, elegida por el Padre: hija predilecta

 

 

ANEXO

 

A) Nueva evangelización, gloria del Padre

 

Año 2000: punto de referencia para una nueva evangelización

La «nueva evangelización» en clave pneumatológica: acceder al Padre

 

PADRE

 

BIOCURRICULUM DEL AUTOR

FONDO EDITORIAL


 



Precio: 17.68 €