Pasión y muerte de Jesucristo

Presentación

    ¡No ha habido acontecimiento más dramático en la historia, y estremecedor, que la pasión y muerte de Jesucristo! En verdad, ante tan gran testimonio del amor de Dios a los hombres, todas las expectativas y pensamientos humanos acerca de cómo se expresaría y realizaría ese Amor en favor de los hombres, quedaron bien cortos. El mismo pueblo de Israel (que recibió las «promesas» de Dios) no entendió al Señor, ni creyó en Él: acabaron condenando a muerte al Hijo de Dios, hecho Hombre, Jesucristo, Señor nuestro, para salvación de todos los hombres. ¡De haberlo conocido, jamás hubieran condenado a tan ignominiosa muerte al Señor de la gloria! Éste es el drama de Jesús. Mejor, ¡el drama de la historia humana!: "Vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron. Mas a cuantos le recibieron les dio poder de llegar a ser hijos de Dios" (Jn 1, 11-12)...

    A lo largo de los hechos, y actitudes, que jalonaron la condena a muerte del Señor, de su pasión y entrega en el madero de la Cruz, podemos revivir el ¡amor sin medida de Dios a los hombres, y tomar clara conciencia de la miseria humana! ¡Quiera Dios entremos con humildad y valentía en la contemplación de tan altos misterios, para que así podamos convencernos del Amor con que somos amados, de forma que no desesperemos, y tengamos la generosidad de espíritu necesaria, para entregarnos al amor!: porque «amor con amor se paga»...

    De la contemplación amorosa de los sufrimientos y muerte del Redentor, el Señor puede servirse para hacer florecer en nuestras almas propósitos de amor y de entrega, de conversión y renovación interior, de santidad y apostolado... Es el objetivo último que persiguen estas páginas. Son muchos los libros y tratados que se han escrito, a lo largo de la historia, narrando los sufrimientos del Salvador, resaltando su amor incondicional hacia los hombres, sus hermanos... Al escribir las páginas que siguen, he tratado, simplemente, de contribuir a ese patrimonio de meditación y consideraciones espirituales, con el humilde afán de hablar de nuestro Gran Amor que es Jesús, tratando de prender en otros corazones el mismo Amor, que -sin duda alguna- cobrará nuevos fulgores en tantos otros, siempre más generosos y sensibles a la gracia. Éso nos consuela y alegra.

    No podemos menos que reconocer nuestro entusiasmo por tan altos misterios contemplados, y que ha sido plasmado en el texto que presentamos. No por nuestras palabras o expresiones (sin duda, muy toscas y pobres para expresar los insondables misterios del Amor), sino por haber revivido el Amor de Jesús para con nosotros, y por tener la dicha de darlo a conocer...

    He de reconocer que la presente narración de la pasión y muerte de Jesucristo la he escrito con gran ilusión. Está basada en los textos evangélicos, con cierta creatividad personal. Siempre se ha dicho en la Iglesia que la lectura de los santos y de los mártires, la meditación asidua de los Evangelios, ha sido fuente de inspiración de los santos, aliento que les ha dado fuerza para su entrega. Muchos son los que también se han convertido a partir de la consideración de estas verdades espirituales. Reconociendo, sinceramente, nuestra insuficiencia personal para tan alto cometido, es algo que confiamos a la acción de la gracia en las almas... No obstante, esperamos que valga como servicio fraterno.

    Y lo hacemos llenos de esperanza, cuando en el horizonte de nuestra existencia entramos ya en el tercer milenio del cristianismo. ¡Qué rápido corre el tiempo: hace dos mil años ya que Jesús vino a nuestra tierra, para santificar y salvar a los hombres! ¡Qué maravilla!... Sin embargo, nos apena que todavía haya tan poca fe, tan poco amor en el mundo; nos apena tanto que se siga ofendiendo a Dios, viviendo sin Él, dándole las espaldas; que se persiga a su Iglesia santa, y se pongan trabas a la evangelización...

    No obstante, confiamos que tales obstáculos se puedan vencer con la fuerza del Amor. ¡Si nos convenciéramos, si nos persuadiéramos profundamente del amor con que somos amados!.. Sin duda alguna, ¡cambiaría la historia!, porque habríamos cambiado cada uno de nosotros, dejando que el amor penetre en nosotros y nos transforme, para así no vivir ya si no es para el Amor... ¡Nuestra vida no puede tener otro fin que servirle con todas nuestras fuerzas!...

ÍNDICE

  • Deciden la muerte de Jesús
  • Jesús se dirige a Jerusalén
  • Entrada triunfal en Jerusalén
  • Amanece el Jueves Santo
  • Jesús celebra la Pascua
  • Despedida de Jesús
  • La oración de Jesús en el Huerto de los Olivos
  • Comienza el injusto proceso contra Jesús
  • Jesús es conducido a Pilato
  • Caminando hacia el Calvario
  • Crucifixión del Redentor
  • Muerte y sepultura del Redentor
  • Esperando «lo imposible»...
  • La resurrección del Señor
  • Precio 9,90 euros