Tomamos en nuestras manos la vida de uno de los hombres más decisivos en la historia de la humanidad, que han pasado por el mundo. Judío hasta los tétanos, profundamente judío en su creencia religiosa y en su orgullo patrio, Pablo fue acérrimo perseguidor de la Iglesia, que fundó Jesucristo, el Redentor del mundo.
En un principio, su vida no tenía otro objetivo, además de vivir la fe en Yahvé, conforme a las prescripciones recibidas de Moisés, que combatir la herejía –el absurdo- promovida por aquel Hombre, que se declaró Hijo de Dios y que se entregó a la muerte de Cruz, a fin de alcanzarnos el perdón divino y merecer para nosotros la vida eterna.
Cuando estaba volcado por entero en este propósito –con todo su ser, alma y cuerpo-, y sin que él lo esperara, algo insólito aconteció en su vida, algo totalmente inesperado e imprevisible... Jesús Resucitado se le apareció a las puertas de Damasco, precisamente cuando Saulo de Tarso iba a echar mano a los creyentes en el Nazareno, pues quería borrar su nombre de la faz de la tierra...
El Señor, preguntándole Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?, le hizo ver que, en realidad, a quien perseguía era a Él mismo. Es decir, Saulo –que quería amar y servir a Dios con todas sus fuerzas, a Yahvé- lo que en realidad estaba haciendo era perseguir al mismo Dios, presente y activo en la historia por medio de sus hijos, los cristianos.
Dios, en su infinita misericordia, quiso cambiar todo su sistema de pensamiento, y tomarlo para Sí, como vaso de elección para llevar el Evangelio por el mundo universo. Con este fin, para que Saulo se diera cuenta del error en que se hallaba, lo derribó del caballo, y quedó como ciego y aturdido, sin saber qué hacer...
Mas como Dios quisiera servirse de Saulo para llevar la luz de la fe a enteras naciones, le dio a conocer qué habría de hacer para alcanzar la verdad. Debía entrar en la ciudad. Un tal Ananías saldría a su encuentro, le expondría la verdad de la fe, y le indicaría cuanto habría de hacer en el futuro. Así -encontrando la verdad en la Iglesia-, alcanzaría a conocer el misterio de Cristo, a fin de trabajar eficazmente por instaurar su Reino en medio de los hombres.
A partir de aquel encuentro con el Señor y con su Iglesia, la vida de Saulo experimentó un cambio radical. Pablo divide su vida en dos grandes partes: antes y después de su conversión, de que fuera llamado por el Señor. Si alude a la época en la que vivió como judío es accidentalmente. Para él, una vez que conoció al Maestro y Salvador de los hombres, esta fue su verdadera vida, ¡la única que le importaba!, ¡y ante la cual, todo lo demás, era basura!...
Mucho trabajó Pablo por el Evangelio. Fue Apóstol infatigable del Evangelio, surcando mares y coronando montes. Él, como nadie, abrió nuevas rutas a la tarea evangelizadora de la Iglesia. Y conquistó para Cristo a innumerables hombres y mujeres, implantando la Iglesia en numerosas naciones.
Tal como fuera predicho por el Señor, ¡muy alto fue el precio que hubo de pagar Pablo para realizar su misión!... Él es el Apóstol que más penurias y miserias hubo de sufrir, siendo perseguido por todos. Sufrió varios naufragios, fue azotado y apedreado... Sufrió en el cuerpo y en el alma... Toda su vida fue un continuo sufrimiento. Pero el amor a Jesús mitigaba el peso de sus penas, hasta el punto que Pablo creía no sufrir, e incluso se deleitaba en los sufrimientos, pues –sabía- de ese modo se identificaba más con Cristo. ¡Y así crecería la Iglesia!, la comunidad de hombres y mujeres llamados a la salvación de Dios... Por fin, para no ser menos que el Maestro –que dio su vida por todos los hombres-, Pablo correspondió a su amor recibiendo la corona del martirio.
Haciendo una valoración retrospectiva de su paso por el mundo, podemos decir –con toda verdad- que él es uno de los hombres más grandes que ha tenido la historia. Aunque bajo de estatura y poco ágil en el uso de la palabra, Pablo ejerció un influjo decisivo en el Cristianismo y en la vida de la Iglesia. También en el mundo de la cultura y de la civilización. Influjo que todavía persiste, y así ha de ser hasta el final de los tiempos.
Precisamente, con este motivo, la Iglesia de Dios celebra el Año paulino, para conmemorar el bimilenario del nacimiento del Apóstol. Su objetivo: renovar en todos el entusiasmo misionero, e intensificar las relaciones con los hermanos de Oriente y con los demás cristianos. Todo ello ordenado a restablecer la unidad de los creyentes en el Señor y a trabajar por la unidad del entero género humano. Unidad que sólo podrá ser perfecta y acabada en la fe de Cristo.
Confiemos que estas páginas sirvan a estos objetivos. Conocer y meditar en la vida de san Pablo es enormemente enriquecedor. Llevados de su mano, podremos aprender a amar más a Cristo y a su Iglesia. Y así estaremos en condiciones de trabajar eficazmente en la evangelización del mundo, tarea siempre entusiasmante. También aprenderemos a amar al hombre, a amarlo como Cristo ama a todos. Pablo es modelo y ejemplo perfecto, él que no dudó en hacerse todo para todos, con tal de ganarlos para Cristo...
ÍNDICE
PRELIMINARES: CRISTO SALE AL ENCUENTRO DE PABLO
Natural de Tarso, Cilicia
Cómo era Pablo
El joven Pablo se traslada a Jerusalén
La vida de Pablo en Jerusalén
Jesucristo sale al encuentro de Saulo: la conversión de Pablo
Pablo se encuentra con la Iglesia
Pablo crece como creyente y apóstol
Enriquecido con revelaciones especiales
Pablo profundiza en el conocimiento del Señor Jesús
¿Pablo fue célibe, o estuvo casado?...
Realizando su vocación: Apóstol de los gentiles
PRIMER VIAJE APOSTÓLICO
Estancia en Chipre
Escalada en Antioquía de Pisidia
Pablo pasa por Iconio
Pasando por Listra y Derbe
El concilio de Jerusalén
La disputa de Antioquía
SEGUNDO VIAJE APOSTÓLICO
Pablo en Galacia
En tierras de Europa: llega a Filipos
Pablo llega a Tesalónica, Berea y Atenas
Llega a Corinto
TERCER VIAJE APOSTÓLICO
Pablo en Éfeso
Escribiendo a los corintios...
Pablo se vuelca en favor de los corintios
Defensa de su ministerio apostólico
La vida frenética de Pablo
Pablo escribe a los gálatas
Misiva a los cristianos de Roma
Camino de Jerusalén, para luego ir a Roma
Ante los poderosos: Lisias, Félix, Festo y Agripa
Navegando hacia Roma
Pablo escribe desde la cautividad a los filipenses
La Carta a Filemón
Carta a los colosenses
Escribiendo a los efesios...
¿Y a los hebreos?...
Sufrimiento de Pablo, eficacia misteriosa
Amor a la cruz
Pablo, Apóstol universal
LOS ÚLTIMOS AÑOS DE PABLO
¿Qué fue del judío Pablo?: despreció todo por Cristo...
Pablo escribe por primera vez a Timoteo
Escribe a Tito y, apresado en Roma, escribe de nuevo a Timoteo
Los últimos días de Pablo
La tumba del Apóstol
La Basílica de san Pablo Extramuros
EPÍLOGO
Elogios y acusaciones contra el Apóstol
Escritor al servicio del Evangelio
Balance de toda una vida
Significado de Pablo en la historia y en la vida de la Iglesia