¡Dios se ha manifestado a los hombres! En Cristo, Dios se ha dado a conocer a aquellos que, con ardor de espíritu, lo han buscado inquietos a lo largo de la historia. Más todavía: Jesucristo, por ser Persona Divina, el Hijo de Dios, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, Perfecto Dios y Perfecto hombre, ¡Él mismo ha revelado a Dios!
A lo largo de su predicación evangélica dio constante testimonio de ser el enviado del Padre al mundo, para que no perezca sino que alcance la alegría de la salvación. Él, obediente en todo al Padre, fue inmolado en la Cruz, para remisión de los pecados de los hombres, y al tercer día resucitó. Una vez que subió a los cielos, fiel a su promesa, envió el Espíritu Santo, para santificar a los fieles y perpetuar su obra en el mundo por medio de la Iglesia, en la que está presente, y a la que vivifica por medio del Espíritu.
La vida y enseñanza de Jesús fue un constante hablar y dar testimonio del Padre y del Espíritu, también de Sí mismo: el Hijo de Dios encarnado en las entrañas virginales de Santa María. Y, por ser Hombre (sin pecado), Jesús es la plenitud de todo lo humano. Como enseña el Concilio: «Jesucristo revela el hombre al hombre» (Gaudium et spes, 22). El Señor ha revelado, pues, la verdad del hombre y la verdad de Dios. ¡Ahora sí, ahora el hombre puede conocer la Verdad, abrazarla y vivir de ella, para realizarse en la armonía del Bien y de la Verdad misma, y para alcanzarla en plenitud una vez cruzado el umbral de la muerte!
Los Santos Evangelios son testimonio vivo y elocuente de la vida del Señor, de la fe de la Iglesia en esa Verdad. Ellos contienen las palabras de vida y de salvación que pronunció el Redentor en favor nuestro. Si, como decíamos antes, el hombre es un ser que se ha caracterizado por la constante búsqueda de Dios, y si tenemos presente que en los Evangelios se recoge la Verdad de Dios, es lógico que concluyamos que los hombres están llamados a vivir y alimentarse de la savia vivificante que contienen las páginas evangélicas. Más todavía, el creyente en Cristo. De ahí que la Iglesia haya afirmado que la vida cristiana se nutre de dos fuentes: la mesa de la Palabra y la mesa eucarística.
Precisamente en orden a colaborar en esta dirección, presentamos ahora este libro, que hemos titulado Impactos Evangélicos. Decimos evangélicos porque recogen los textos de los cuatro Evangelios, procurando expresarlos en frases breves y concisas. Hemos tratado de presentar así las enseñanzas de Jesús de un modo sencillo y asequible a la gran mayoría de los miembros del Pueblo de Dios. De esta forma, podrán asomarse a los Evangelios rápidamente, para tomar el alimento necesario. Y decimos que son impactos porque hemos tratado de recoger las palabras de Jesús lo más directamente posible, en orden a comentar una virtud, o una dimensión de la vida cristiana de especial riqueza en el conjunto de nuestra existencia. Queremos que sean impactos porque penetren en el alma, y le ayuden a tratar con el Señor, para a partir de ese diálogo de amor (que es la oración y la meditación) encararse con el Maestro, a fin de vivir el proceso de conversión a que nos llama. Así haremos cada día más cristiana nuestra vida de forma que, los que creemos y amamos al Señor, reflejemos a Cristo lo más perfectamente posible.
De ahí brotará el torrente apostólico que necesitamos los cristianos, y que la Iglesia espera de sus hijos, en orden a realizar la nueva evangelización del mundo en el tercer milenio del Cristianismo.
ÍNDICE
ABANDONO EN DIOS
ACCIÓN DE GRACIAS
ADORACIÓN
ADULTERIO
ALEGRÍA
AMOR
AMOR DE DIOS
ÁNGELES
APOSTOLADO
AUDACIA
AVARICIA
AYUNO
BAUTISMO
CARIDAD
CELIBATO
CIELO
CONFIANZA EN DIOS
CONVERSIÓN
CORRECCIÓN FRATERNA
CREACIÓN
CRISTIANO
CRUZ
DEMONIO
DESPRENDIMIENTO
DIOS
DIOS PADRE
DIVORCIO
DOCTRINA
ENTREGA
ENVIDIA
ESCÁNDALOS
ESPERANZA
ESPÍRITU SANTO
EUCARISTÍA
EVANGELIZACIÓN
FE
FELICIDAD
FIDELIDAD
FILIACIÓN DIVINA
FORTALEZA
GENEROSIDAD
GLORIA A DIOS
GRACIA
HIPOCRESÍA
HIJO DE DIOS (EL VERBO)
HOMBRE
HUMILDAD
IGLESIA
INCREDULIDAD
INFANCIA ESPIRITUAL
INFIERNO
JESUCRISTO
JUICIO DE DIOS
JUICIO FINAL
JUSTICIA
JUZGAR
LENGUA
LEY MOSAICA
LIBERTAD
LIMOSNA
LUCHA ASCÉTICA
MAL
MANSEDUMBRE
MARTIRIO
MATERIALISMO
MATRIMONIO
MENTIRA
MISA
MISERICORDIA
MORAL
MUERTE
MUJER
MUNDO
NACIONES
OBEDIENCIA
ORACIÓN
PACIENCIA
PALABRA DE DIOS
PAZ
PECADO
PECADORES
PENITENCIA, VIRTUD
PERDÓN
PERSEVERANCIA
POBRES
POBREZA
PROVIDENCIA
PRUDENCIA
PUREZA
RECONCILIACIÓN
RECTITUD DE INTENCIÓN
REDENCIÓN
REINO DE DIOS
RELIGIÓN
RESPETOS HUMANOS
RESURRECCIÓN
REVELACIÓN
RIQUEZAS
SABIDURÍA
SACRAMENTO DE LA PENITENCIA
SACRAMENTOS
SAGRADA ESCRITURA
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
SALVACIÓN
SAN JOSÉ
SAN JUAN BAUTISTA
SAN PEDRO
SANTIDAD
SANTÍSIMA TRINIDAD
SENCILLEZ
SOBERBIA
SUFRIMIENTO
TEMOR DE DIOS
TESTIMONIO
TIBIEZA
TRISTEZA
VANIDAD
VERDAD
VIDA CRISTIANA
VIDA ETERNA
VIDA HUMANA
VIOLENCIA
VIRGEN MARÍA
VIRGINIDAD
VIRTUDES
VOCACIÓN
VOLUNTAD DE DIOS