Presentación

Benedicto XVI sorprendió al mundo entero anunciando su renuncia al pontificado el 10 de febrero de 2013. Renuncia que se efectuó el día 28 de ese mes, despidiéndose de los cardenales presentes en Roma, antes de partir para Castelgandolfo.

Convocado el cónclave para elegir un nuevo Sucesor de Pedro, el cardenal de Buenos Aires, Monseñor Jorge Mario Bergoglio fue elegido el 13 de marzo con 76 años de edad. Es el 266º papa de la Iglesia Católica.

Su elección constituyó una sorpresa en toda regla. Aunque tras la misma corrieron comentarios de que ya contó con muchos votos en el anterior cónclave –cuando fue elegido Benedicto XVI-, la verdad es que ni los más refinados “vaticanistas” ni “augures de toda especie” contaban con él antes de ser elegido… ¡El Espíritu Santo sigue haciendo de las suyas!, como en la elección de Karol Wojtyla, Juan Pablo II, arzobispo de Cracovia.

El nuevo Pontífice a tomó el timón de la Iglesia en un momento bastante difícil. Sus predecesores inmediatos habían dejado muy alto el listón del pontificado.

Juan Pablo II por su papel tan relevante en la caída del telón de acero y del bloque comunista, además de su renovación de la Iglesia en continuidad con el legado doctrinal del concilio Vaticano II.

Benedicto XVI por la calidad de su magisterio y profundidad de sus enseñanzas: teólogo de primerísima fila y agudo pensador, nos ha dejado un patrimonio doctrinal de incalculable valor y trascendencia. Además tuvo la valentía de afrontar problemas gravísimos en la vida de la Iglesia, como los casos de pederastia entre las filas del clero, además de ciertos problemas en la Curia Romana…

Al llegar al Solio pontificio el papa Francisco, estábamos metidos de lleno en la celebración del Año de la Fe, convocado por su predecesor Benedicto XVI y que comenzó el 11 de octubre de 2012, en el 50 aniversario de la inauguración del Concilio Ecuménico Vaticano II.

Lógicamente había que proseguir el mismo, hasta su clausura, anunciada para el 24 de noviembre de 2013, Solemnidad de Cristo Rey del Universo. También corrieron comentarios de que Benedicto XVI tenía muy adelantada la Encíclica que se publicaría sobre la fe. Él, evidentemente, no la llevaría a efecto. Sería una tarea que habría de culminar el papa Francisco.

Las expectativas no quedaron defraudadas. Desde el primer momento Francisco quiso continuar la celebración del Año de la Fe, constituyendo la publicación de la Encíclica Lumen fidei (29-6-2013) un hito de primer orden.

Por esto mismo, el Papa prosiguió las catequesis de las Audiencias Generales de los miércoles, centradas en el tema de la fe. Catequesis que recogemos en este libro.

También, además sus enseñanzas en la mencionada Encíclica, de tanta riqueza y relevancia doctrinal, en otros momentos de su tarea pastoral –como no podía ser menos- trató de la fe... Todo ello viene recogido en el Anexo del libro.

Contamos, pues, con un cuerpo doctrinal de gran relieve e interés, en orden a profundizar nuestro amor a la fe –fuente de todos los bienes sobrenaturales, que Dios comunica al alma cristiana-, además de ser la razón de nuestra justificación (perdón de los pecados y santificación del creyente), para salvación eterna.

Con la alegría de haber recibido del Santo Padre tan precioso legado doctrinal, lo ponemos en manos del lector con la esperanza de que sirva para profundizar y consolidar la fe que hemos recibido de Dios. ¡Fe que nos santifica y lleva a la salvación!... Fe que hay que dar a conocer a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, a fin de que ellos también tengan vida divina, vida abundante que salta hasta la vida eterna (Jn 10,10). Es el reto permanente, -¡tarea divina!- que debemos llevar a cabo los creyentes en orden a ganar para Dios a cada generación de hombres.

Gracias a la fe, además de santificarnos personalmente, podremos renovar y santificar el mundo y las realidades humanas más diversas, para que Cristo reine en todos, de forma que Él entregue su Reino al Padre, y Dios sea todo en todos (1 Cor 15,28). Benedicto XVI sorprendió al mundo entero anunciando su renuncia al pontificado el 10 de febrero de