SANTA FAUSTINA KOWALSKA, Apóstol de la Divina Misericordia

Presentación

Con la presente obra, tengo el gusto de ofrecer a los lectores la vida, experiencias místicas y misión que el Divino Salvador confiara a su esposa religiosa, Faustina Kowalska.

Las fuentes en que se ha inspirado este trabajo son su Diario (La Divina Misericordia en mi alma) y sus Cartas.

La impresión que me ha producido la lectura de todo esto ha sido fortísima, a más no poder. Ciertamente, no soy lo que podría conocerse como “un experto en teología espiritual”… Pero también, a decir verdad, hace tiempo que dejé atrás, con el transcurrir de mi existencia, aquellos años incipientes como estudioso de los Santos Padres de la Iglesia y de los grandes Santos canonizados.

Contando con el bagaje de conocimientos adquirido durante varios lustros (y dejando un tanto al margen a los grandes místicos), me atrevo a asentar la afirmación de que, probablemente, santa Faustina Kowalska es una de los más grandes santos de todos los tiempos, enriquecida por Dios con gracias singularísimas y extraordinarias impresionantes… Si alguien tuviera dudas al respecto, le invito amistosamente a leer y meditar este libro.

¿Cómo surgió este proyecto?... Sencillamente al conocer a nuestra Santa y leer sus apuntes. Y, sobre todo –teniendo presente el estado actual en que se halla la humanidad y los innumerables y gravísimos problemas que afligen a la Iglesia de Dios-, al tomar conciencia del llamamiento de Dios a los hombres por medio de Faustina.

Nuestro Señor Jesucristo, en la intimidad del amor con su esposa (vinculada a Él por sendos votos religiosos), –mientras le abría el Corazón para hacerla partícipe de su amor y designios divinos-, le dijo que contaba con ella para dar a conocer al mundo el misterio de su Divina Misericordia. Faustina sería el instrumento divino (como antaño fue santa Margarita María de Alacoque con las revelaciones sobre el Sagrado Corazón de Jesús), para llevar a cabo tan prodigiosa muestra de la condescendencia divina en favor de los hombres.

Tomándola así, con ése carácter, el Divino Salvador llamaba a Faustina como su Secretaria y Apóstol de la Divina Misericordia. ¡Es asombroso, y hasta inaudito cómo el Señor le habló! También las maravillas que Su gracia obraron en aquella alma, tan sencilla y humilde, que no tuvo jamás otro proyecto que cumplir por entero el querer divino en su vida, ¡sea cual sea!...

De entrada, a fin de que Faustina no se engriera y acabara luego extraviándose, con tan inmensas gracias y unión mística con que la regaló el Señor de la gracia, Él puso buen empeño en hacerle patente que si la había elegido para tal misión no fue por sus cualidades o méritos. No, ¡todo lo contrario!... Jesús le dio a conocer que si la eligió fue por su pobreza y miseria tan grande, por su ineptitud y falta de cualidades… Ella, en lugar de entristecerse, o dejarse abatir, siempre asintió cordialmente, como diciendo: “¡es verdad!”... ¡Y así el Buen Jesús pudo obrar en ella como le plugo desde toda la eternidad!...

De los fenómenos místicos que le otorgó el Señor, no me haré eco ahora. Son tan grandes y portentosos, que deslumbran y fascinan. Todos ellos han sido fielmente recogidos en este libro.

Considerándolos sosegadamente, cualquier persona que esté un tanto avezada en la vida espiritual, y que se conozca a sí misma tan sólo un poquitín –considerando tan grandes maravillas-, podrá concluir: “Verdaderamente, esto no es para mí…”. Como se suele decir, atendiendo a las maravillas que Jesús obró en su sierva, se podría decir que “uno se queda boquiabierto”, confundido, anonadado… Para luego concluir: “¡Qué grande es el Señor!... ¡Qué bien elige a sus instrumentos!”…

En cuanto a las palabras que le dijo el Señor, no es para menos… Como, al ser expuestas, no requieren tanto detalle, tomo algunas: “Durante el oficio que se celebra en el mes de junio, el Señor me dijo: Hija Mía, en tu corazón he depositado Mi complacencia. Cuando Me quedé en el Santísimo Sacramento el Jueves Santo, has contado mucho en Mi mente” (Diario, n. 1774). También: “Oí estas palabras: Tú eres testigo de Mi misericordia, por los siglos estarás delante de Mi trono como un vivo testigo de Mi misericordia” (Diario, n. 417).

Y: “El primer viernes del mes. Cuando tomé en las manos El Mensajero del Corazón de Dios y leí sobre la canonización de san Andrés Bobola, de repente mi alma fue invadida por un gran deseo de que también en nuestra casa hubiera una santa y rompí a llorar como una niña ¿por qué nosotras no teníamos a una santa? y dije al Señor: Conozco Tu generosidad, pero parece como si fueras menos generoso con nosotras, y otras vez rompí a llorar como una niña pequeña. Y el Señor Jesús me dijo: No llores, tú lo eres. Entonces la luz divina inundó mi alma y se me dio a conocer cuánto sufriría y dije al Señor: ¿Cómo va a ser esto si me has hablado de otra Congrega­ción? Y el Señor me contestó: No es tu asunto saber cómo sucederá esto, sino el de ser fiel a Mi gracia y hacer siempre lo que está en tu poder y lo que te per­mite la obediencia...” (Diario, n. 1650).

En fin, estimado lector, se podrían decir tantas cosas sobre san Faustina, y lo que el Señor se dignó realizar en ella, teniendo presente el bien de la Iglesia y del mundo…

Como presentamos el libro, no es el momento de decir todo… ¡Ya se hará a lo largo de las páginas que siguen a continuación!... Y si no todo, casi todo… Al menos de lo que conocemos los hombres…

Porque, como escribió san Pablo: ¿Quién conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre, que está dentro de él? Pues, lo mismo, lo íntimo de Dios lo conoce sólo el Espíritu de Dios. Y nosotros hemos recibido un Espíritu que no es del mundo, es el Espíritu que viene de Dios, para que tomemos conciencia de los dones que de Dios recibimos. Cuando explicamos verdades espirituales a hombres de espíritu, no las exponemos en el lenguaje que enseña el saber humano, sino en el que enseña el Espíritu, expresando realidades espirituales en términos espirituales. A nivel humano, uno no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo, porque sólo se puede juzgar con el criterio del Espíritu. En cambio, el hombre de espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo, mientras él no está sujeto al juicio de nadie. «¿Quién conoce la mente del Señor para poder instruirlo?» Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo (1 Cor 2, 10-16).

Además de lo expuesto, y en honor de la verdad, hay que señalar que el carisma que recibió santa Faustina, y su misión en la Iglesia y en el mundo, tienen un alcance profético: “Vi a la Santísima Virgen que me dijo: Oh, cuán agradable es para Dios el alma que sigue fielmente la inspiración de su gracia. Yo di al mundo el Salvador y tú debes hablar al mundo de su gran misericordia y pre­parar al mundo para su segunda venida. É1 vendrá, no como un Salvador Misericordioso, sino como un Juez Justo. Oh, qué terrible es ese día. Establecido está y el día de la justicia, el día de la ira divina. Los ángeles tiemblan ante ese día. Habla a las almas de esa gran mi­sericordia, mientras sea aún el tiempo para conceder la misericordia. Si ahora tú callas, en aquel día tremendo responderás por un gran número de almas. No tengas miedo de nada, permanece fiel hasta el fin, yo te acom­paño con mis sentimientos” (Diario, n. 635).

Dicho esto, ¡es el momento de lanzarse a la aventura espiritual!... ¡A ver qué descubrimos cada uno de nosotros en este libro!, contando con la gracia de Dios...


 

ÍNDICE GENERAL

PRESENTACIÓN

VIDA DE SANTA FAUSTINA KOWALSKA

SANTA FAUSTINA KOWALSKA

 
ABANDONO: 1-5

ABNEGACIÓN: 6-8

AGONIZANTES: 9

ALEGRÍA: 10-12

ALMAS PEQUEÑAS: 13-14

AMOR AL PRÓJIMO: ver en CARIDAD

AMOR DE DIOS: 15-36

ÁNGEL DE LA GUARDA: 37-42

APOSTOLADO: 43-48

ARREPENTIMIENTO: ver en CONVERSIÓN

CARIDAD: 49-54

CASTIDAD: 55

CIELO: 56-59

COMUNIÓN EUCARÍSTICA: 60-80

CONFIANZA EN DIOS: 81-118

CONGREGACIÓN RELIGIOSA DE SANTA FAUSTINA: 119-122

CONVERSIÓN: 123-127

CORAZÓN: 128-129

CORREDENCIÓN: 130-135

COSAS PEQUEÑAS: 136-141

DEMONIO: 142-152

DESCONFIANZA EN DIOS: 153-156

DESEOS SANTOS: 157-161

DESESPERACIÓN: 162-163

DESPRENDIMIENTO: 164-165

DIOS: 166-167

DIRECCIÓN ESPIRITUAL: 168-183

DIRECTOR ESPIRITUAL: 184-249

ENTREGA: 250-253

ENVIDIA: 254

EUCARISTÍA: 255-260

EXPIACIÓN: 261

FE: 262

FELICIDAD: 263-268

FIDELIDAD: 269-278

FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA: 279-288

FILIACIÓN DIVINA: 289-290

FORTALEZA: 291-294

FRACASOS: 295

GLORIA A DIOS: 296-300

GRACIA: 301-327

HUMILDAD: 328-343

IGLESIA: 344

INFANCIA ESPIRITUAL: 345-356

INFIERNO: 357-361

JESUCRISTO: 362-366

JUICIO FINAL: 367-371

LENGUA: 372-375

LIBERTAD: 376

LUCHA ASCÉTICA: 377-390

MARTIRIO: 391

MISA, SANTA: 392-397

MISERICORDIA: 398-488

MORTIFICACIÓN: 489-497

MUERTE: 498-507

NIÑOS: 508

NOCHE OSCURA DEL ALMA: 509-515

OBEDIENCIA: 516-533

ORACIÓN: 534-541

PACIENCIA: 542

PATRIA: 543

PAZ: 544-546

PECADO: 547-551

PECADO MORTAL: 552

PECADO VENIAL: 553-554

PECADORES: 555-597

PENITENCIA, VIRTUD: 598-601

PLACERES: 602

POBREZA: 603-604

POLONIA: 605-606

PURGATORIO: 607-608

RECTITUD DE INTENCIÓN: 609-613

RELIGIOSAS: 614-626

RELIGIOSOS: ver en RELIGIOSAS

REPARAR: 627-632

SACERDOTES: 633-645

SACRAMENTO DE LA PENITENCIA: 646-657

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS: 658-678

SALVACIÓN: 679-684

SAN MIGUEL ARCÁNGEL: 685

SANGRE DE CRISTO: 686-688

SANTA INDIFERENCIA: 689

SANTIDAD: 690-706

SANTÍSIMA TRINIDAD: 707-708

SENCILLEZ: 709-711

SILENCIO: 712-716

SINCERIDAD: 717-721

SOBERBIA: 722-723

SOLEDAD: 724

SUFRIMIENTO: 725-765

SUPERIORES RELIGIOSOS: 766-774

TEMOR DE DIOS: 775-779

TENTACIONES: 780

TRABAJO: 781

UNIÓN CON DIOS: 782-805

UNIÓN MÍSTICA: 806-809

VICTIMACIÓN: 810-840

VIDA CRISTIANA: 841-844

VIDA ESPIRITUAL: 845-849

VIRGEN MARÍA: 850-851

VOCACIÓN: 852-855

VOLUNTAD: 856-862

VOLUNTAD DE DIOS: 863-910

  

EPÍLOGO: DEVOCIONES REFERENTES A LA DIVINA MISERICORDIA

La Imagen del Señor de la Divina Misericordia

La Hora de la Misericordia  

La Coronilla de la Divina Misericordia

Gracias espirituales por el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia

Promesa del Señor a los que recen la coronilla

Eficacia del rezo de la coronilla ante los moribundos

Promesa unida al rezo de la Coronilla: no desesperar

Gracias que alcanzará el rezo de la Coronilla

Rezar la Coronilla por los agonizantes

El odio de Satanás a la Misericordia Divina

Letanías a la Divina Misericordia: confiar totalmente en ella

Oración a la Divina Misericordia

Novena a la Divina Misericordia

Indulgencias que concede la Iglesia a quienes practiquen la devoción a la Divina Misericordia

La Fiesta de la Divina Misericordia

  

BIOCURRICULUM

FONDO EDITORIAL




Precio 24.00 €

686 páginas; tamaño 15 x 21 

Encuadernación en rústica y con solapas