Presentación

Con alegría y –podríamos decir- cierto temblor, hemos afrontado una de las cuestiones filosóficas más importantes que se puedan tratar: Qué ha supuesto la Modernidad, qué valores ha aportado, si ha dado origen a contravalores, cuáles han sido sus beneficios y cuáles los daños causados al acerbo de la humanidad…

Decíamos que lo hemos hecho con alegría por ser claramente conscientes de la importancia de las cuestiones abordadas. Pero también lo hemos hecho con cierto temblor, por la complejidad de los temas abordados, y el diverso modo –muchas veces a causa de las ideologías en liza- con que son enfocados…

De ahí que hayamos comprometido en la tarea realizada lo mejor de nosotros mismos, nuestros conocimientos y estudios realizados, las investigaciones llevadas a cabo, la reflexión y ponderación de los problemas…

Y como hemos tratado de ofrecer al lector una cosmovisión crítica de la Modernidad, no hemos recusado estudiar el pensamiento de nadie que haya tratado la cuestión. De ahí que, si el lector, se detuviera a considerar la bibliografía citada, podrá apreciar cómo la diversidad de los autores citados es muy plural.

Con este mismo objetivo hemos tratado de ofrecer no lo que podría ser nuestro pensamiento personal, sino lo que han considerado los estudiosos del tema, en orden a ser objetivos e imparciales. De ahí que nuestro estudio se caracterice por un abundante aparato crítico, lo cual le confiere seriedad y rigor. Luego –como no puede ser de otro modo-, al hilo de esas aportaciones, vamos considerando los factores positivos y negativos, la crisis y lagunas, los excesos y peligros…

De todo ello podrá juzgar el lector con libertad y serenidad. Las palabras de los estudiosos, y las personales, dan lugar al pensamiento y a la reflexión ponderada, de forma que cada persona pueda formular sus propias conclusiones que, lógicamente, habrán de apoyarse en la realidad de los hechos y de las palabras referidas.

La estructura del libro ha querido responder a un enfoque omni-comprensivo de los problemas que abarca la Modernidad. Comenzamos por encuadrarla históricamente: su génesis y primer desarrollo, a partir del periodo precedente, es decir la Edad Media que, en gran medida –por su mismo dinamismo y entrada en crisis-, propició la explosión de la Modernidad. En ese mismo conjunto, la Revolución francesa y la Ilustración fueron de capital importancia.

En el segundo capítulo abordamos el pensamiento moderno, sus rasgos y características, contando con las aportaciones de eminentes personajes y pensadores: Lutero, Descartes, Rousseau, Kant, Hegel… En definitiva, una visión general de cómo se gestó la Modernidad en las principales cabezas pensantes, que la plasmaron con su reflexión.

A partir de esas aportaciones, en el capítulo tercero tratamos los diferentes temas o cuestiones que marcan la impronta de la Modernidad, pasando por el racionalismo y el deísmo, hasta llegar al progreso y la democracia, sin olvidar los grandes temas de la libertad, el laicismo, el subjetivismo y el relativismo…

Y en el cuarto capítulo, que pretende ser una especie de conclusión, nos preguntamos por el presente y futuro de la Modernidad. Al hacerlo no podemos menos que tener presente que chocó frontalmente con la fe cristiana y la Iglesia católica, choque que fue muy fuerte e incluso traumático…

Muchas cosas de aquel entonces ya han sido superadas, otras requieren nuestro esfuerzo positivo, nuestra buena voluntad y apertura a la verdad, así como buenas dosis de creatividad y espíritu generoso, libres de apriorismos, de prejuicios y enquistamientos…

Lo demandan los tiempos y la marcha de la historia en la que estamos insertos. Ante nosotros se levantan las corrientes de la Postmodernidad, que reclaman una respuesta valiente y positiva.