SANTA
GEMA GALGANI
Hasta el presente, habiendo escrito diversos libros sobre santos, no he encontrado ninguna figura como la de Gema Galgani.
Es cierto que ha habido santos con unos rasgos muy singulares. Por ejemplo, santa Teresita del Niño Jesús con su espiritualidad tan amable y comprensible para todos, tan sencilla… Santa Edith Stein destaca por su seriedad y profundidad intelectual. Santa Catalina de Siena por su amor vibrante y celo por la Iglesia. San Juan Crisóstomo es conocido por su celo pastoral. Santa Faustina Kowalska por las impresionantes comunicaciones y revelaciones recibidas de Dios…
Y así podríamos continuar con un largo listado. Pero, como decía, Gema destaca por muchas cosas. Es un caso aparte, podríamos decir… Su amor al Señor, siendo como es ardiente y acendrado, es al mismo tiempo sencillo, confiado, de amiga, ¡de amiga íntima!… Gema, hablando con Jesús, con María y su Ángel de la Guarda es como una niña. ¡Es encantadora, cautiva!
Los fenómenos místicos que vivió, muchos santos también los han tenido. Pero su amor a la Pasión de Cristo, su sed de sufrimiento para salvar almas para Dios,… es algo muy singular... ¡Y es que el Señor plasmó –valga la expresión- su Pasión en ella!, como reviviéndola en todos los tormentos…
Ciertamente, ha habido santos que han vivido el carisma de la victimación en Cristo, a fin de corredimir con el Salvador. Santos que volaron muy alto en el amor de Dios. Por ejemplo, santa Teresita, santa Faustina…
Pero Gema es un caso aparte. Como escribió Cornelio Fabro, al considerar la vida y experiencias místicas de nuestra Santa, nos hallamos ante un «testigo de lo sobrenatural»[1]. ¡Quien quiera saber de ello de un modo fehaciente, no tiene más que acudir a Gema!
Se ha destacado que su participación en la Pasión de Cristo fue más completa que la del mismo san Francisco de Asís, pues si él recibió los estigmas, Gema experimentó otros padecimientos, como el sudor de sangre, la coronación de espinas, la flagelación, la sed ardiente... Incluso fue atravesada, como notó Pío XII. Con razón que se haya escrito que nuestra Santa es "imagen de tu Hijo crucificado"[2]…
Cuanto el Señor hizo con ella es admirable, deslumbra… ¡Hasta parece imposible que una criatura humana –mas siendo tan frágil como una jovencita- pueda soportar todo eso!... Por eso estremece, y casi hasta suscita miedo. Pero es tan confiada y amorosa la entrega de Gema, fue tan duro y tan dulce al mismo tiempo su camino, que a cualquiera le gustaría recorrerlo… Eso si no se piensa mucho al decirlo, porque –como ya digo- ¡asusta!... También deslumbra, ¡pero asusta!...
¡Y no es que Gema sea para envidiar!, dicho desde una perspectiva meramente humana-natural... Por supuesto que nos gustaría amar como ella, vibrar con Jesús y por la salvación de los hombres como ella… ¡Y hasta sufrir como ella!… Pero –me pregunto- ¿quién sería capaz?...
“Si ella lo fue” –alguno espetaría súbitamente- “yo también”… Sabemos que las cosas de Dios no son así. Si Gema amó y sufrió tanto, si sufrió y amó tanto –pues ambas realidades estuvieron estrechamente ligadas-, ¡es porque el Señor la eligió para ello, y le dio la gracia necesaria!...
Y eso que el mismo Redentor le dijera que la había elegido siendo una pecadora, e indigna de sus gracias –como también a Faustina Kowalska-, cosa que ella corroboró a lo largo de su vida…
La razón es clara: ¡Sólo el Señor es grande!... Por eso, ¡toda la gloria y alabanza ha de ser para Él!... Deo omnis gloria!... Cosa que a los hombres, con frecuencia, nos cuesta mucho aceptar… Unos lo hacen con alegría, otros como a regañadientes, otros a medias, y algunos no quieren de ningún modo,… pues viven para sí mismos y para este mundo.
En la vida de santa Gema –penetrada del dolor de la Pasión de Cristo (el mismo Señor le dijo que la había elegido para que sufriera cuanto el Padre celestial quiso que sufriera Él para redimirnos)- confluyen el amor esponsal de Jesús, que se vuelca con su esposa, y la enemiga y persecución constante del demonio.
Difícilmente podremos hacer memoria de otra persona que haya sido tan torturada por Satanás, tan atormentada… Su Ángel de la Guarda –que se le manifestó frecuentemente, y de un modo admirabilísimo- la reconfortó, la ayudó y guió fielmente. ¡Qué buen amigo y confidente!...
¿Y qué decir del trato de Gema con la Santísima Virgen María?... ¡Qué grande su confianza!... ¡Qué segura de su intercesión maternal, sabedora de que todas las gracias del Cielo, que llegan a los hombres, pasan por las manos de María!...
Gema tuvo como confesor a Mons. Juan Volpi. Su Padre Espiritual fue Germán Ruoppolo, Pasionista. Contando con ambos –así lo quiso el Señor-, Gema estuvo como dividida. Eso fue también para ella fuente de muchos sufrimientos.
A veces, cuando los criterios a seguir, no eran coincidentes de parte de ambos, Gema experimentaba una gran confusión, que repercutía en ella en forma de más sufrimiento.
También la atención prestada por ambos no fue la misma. Si bien es verdad que su Padre Espiritual fue más comprensivo y certero en sus valoraciones (la Santa echaba en falta su presencia, pues vivía lejos), Mons. Juan Volpi, obispo de Luca, muy cercano, no siempre se mostró todo lo comprensivo que cabe en un Confesor, siendo a menudo su trato y orientaciones causa de gran confusión y sufrimientos para Gema.
Preparándonos ya para adentrarnos en este libro, a fin de que no cause extrañeza o confusión, el lector habrá de tener en cuenta que cuando santa Gema habla de papá mío, se dirige a su Padre Espiritual: P. Germán Ruoppolo.
Muchísimo más podríamos considerar en esta Presentación acerca de esta gran mística de Dios. Como tan sólo se trata de abrir el apetito del lector, concluimos la misma con la esperanza de que las páginas que siguen susciten una gran vibración espiritual. Incluso entusiasmo. ¡Verdaderamente Dios es grande y admirable en sus santos!...
Aunque el común de los mortales –Gema es una excepción, si cabe hablar así, en la historia de la espiritualidad cristiana- no estemos llamados a surcar los caminos por donde anduvo nuestra Santa, sí que podremos aprender mucho de ella. ¡E imitar!... E incluso podremos contar con su intercesión en el Cielo, que a buen seguro será muy eficaz.
PRESENTACIÓN
VIDA DE SANTA GEMA GALGANI
OBRAS CON LOS
ESCRITOS DE SANTA GEMA
OBRAS CONSULTADAS
SANTA GEMA, EL ROSTRO
DE UNA SANTA
ABANDONO EN DIOS: 1-9
ALABANZA: 10
ALEGRÍA: 11-12
AMOR PROPIO: 43
BLASFEMIA: 77
CASTIDAD ver en PUREZA
COMPUNCIÓN: 98-110
COMUNIÓN EUCARÍSTICA:
111-144
CONFESOR: 145-169
CONFIANZA EN DIOS: 170-183
CONGREGACIÓN PASIONISTA: 184
CONVERSIÓN: 185
CORAZÓN: 186-205
CRUZ: 206-220
DEMONIO: 221-243
DESEOS SANTOS: 244
DESPRENDIMIENTO: 245
DIRECCIÓN ESPIRITUAL: 246-268
ENTREGA A DIOS: 269-273
ESPERANZA: 274-277
ESTIGMAS: 278-279
EXPIACIÓN: 287-295
FE: 296
FELICIDAD: 297-299
GENEROSIDAD: 300-303
GRACIA: 304-311
HUMILDAD: 312-319
INFANCIA ESPIRITUAL: 320
JESUCRISTO: 321-332
LUCHA ASCÉTICA: 333-343
MISERICORDIA:
344-353
MORTIFICACIÓN: 354-357
MUERTE: 358-369
MUNDO: 370-371
MURMURACIÓN: 372
NOCHE OSCURA DEL ALMA: 373-382
OBEDIENCIA: 383-393
ORACIÓN: 394-404
PADRE DIOS: 405-407
PECADO: 408-424
PECADORES: 425-437
PERDÓN: 438-439
PUREZA: 440-443
PURGATORIO: 444-450
REDENCIÓN: 451-452
SACERDOTES: 453
SACRAMENTO DE LA PENITENCIA: 454-459
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS: 460-478
SALVACIÓN: 479-488
SAN GABRIEL DE LA DOLOROSA: 489-495
SANGRE DE CRISTO: 496-499
SANTA INDIFERENCIA:
500-505
SANTIDAD: 506-515
SOLEDAD: 516
SUFRIMIENTO: 517-553
TEMOR DE DIOS: 554-563
TENTACIONES: 564-570
UNIÓN MÍSTICA: 571-637
VANIDAD: 638
VICTIMACIÓN: 639-690
VIDA ESPIRITUAL: 691-692
VIRGEN MARÍA: 693-709
VIRGINIDAD: 710
VOCACIÓN DE GEMA: 711-743
VOLUNTAD: 744-747
VOLUNTAD DE DIOS: 748-757
Biocurriculum