EL EVANGELIO DE SAN MATEO, MEDITADO

 
Presentación


Una de las figuras más conocidas del Nuevo Testamento es, sin duda alguna, san Mateo. No sabemos de dónde era natural; sí, en cambio, que trabajaba a orillas del mar en Cafarnaúm (cf. Mc 2, 1. 13). Probablemente habría nacido allí, o en algún pueblo cercano.

Su trabajo consistía en cobrar los impuestos de Roma, que la metrópoli cargaba sobre las espaldas de los judíos, para sostenimiento del poder imperial. Por tanto, era –lo que diríamos nosotros- ¡un colaboracionista!, pues trabajaba al servicio de los invasores… Esto, a nivel popular, lo hacía ser un personaje poco agradable, con el que la gente no querría tener excesivo trato…

Por la índole de su trabajo, debía ser un hombre instruido, con un buen nivel cultural, sobre todo comparado con sus paisanos que, prácticamente todos, no sabían leer ni escribir.

Mateo era un hombre letrado, que sabía entender y penetrar los documentos que le llegaban del Imperio, regulando su trabajo y la vida social. Además de saber de economía y tributos, debía conocer los instrumentos jurídicos de la época. A buen seguro, poseería una amplia cultura.

También, y por ello mismo, gozaba de una alta posición social, pues trataba con la élite de su tiempo, y ¡estaba muy cercano al poder!, que es algo fascinante para muchos… Buena prueba es que era amigo –como es natural- de muchos colegas publicanos, personas de su misma condición: comía con ellos y mantenían estrechos lazos de amistad. Lo avala el hecho que les invitara a comer a su casa (cf. Mt 9,10), poco después que Jesucristo lo hallara ante el telonio y le dijera: ¡Sígueme! (Mt 9,9).

El papa Francisco nos invita a contemplar la escena, el feliz encuentro con el Salvador, que le llamó a seguirle: “Un día, como otro cualquiera, mientras Mateo estaba sentado en la mesa de recaudación de los impuestos, Jesús pasaba, lo vio, se acercó y le dijo: “Sígueme”. Y él, levantándose, lo siguió (Mt 9,9). Jesús lo miró. Qué fuerza de amor tuvo la mirada de Jesús para movilizar a Mateo como lo hizo; qué fuerza han de haber tenido esos ojos para levantarlo”[1].

Una vez que el Redentor de los hombres le invitara a seguirle, Mateo dejó todo con extrema generosidad: renunció a lo que tenía, para vivir con el que es Todo, ¡el Hijo de Dios Encarnado!... Durante los dos años que vivió con el Señor y sus discípulos, quizá algo más, pudo penetrarse de sus enseñanzas, del amor de Cristo por los hombres y mujeres de todos los tiempos, de sus ansias por salvarlos del pecado y de la muerte eterna…

También fue testigo de su muerte y resurrección, conviviendo con el Resucitado en varias ocasiones antes que el Señor subiera a los Cielos y enviara el Espíritu Santo prometido.

Luego, enriquecido interiormente con la gracia de Pentecostés, gastó su vida en la evangelización y el apostolado, para así construir la Iglesia de Dios, ¡su Reino en la tierra!, anticipo gozoso de la alegría celeste.

Fruto de ese amor al Señor y a su Iglesia, de sus deseos por ayudar a los hombres y mujeres a conocer y amar al Dios vivo y verdadero (poniendo en ejercicio todo su saber humano y creyente) fue el Evangelio que escribió. Lo hizo pensando sobre todo en sus hermanos de raza, el pueblo judío, que hacía muchos siglos recibió la Promesa de que de su estirpe nacería el Mesías.

Penetrado del amor de Dios y transformado en Apóstol ardiente del Evangelio, dio el supremo testimonio de fe, muriendo mártir. Unos apuntan que fue en Etiopía, otros en Hierápolis. La Iglesia celebra su fiesta el 21 de septiembre.

Contando con el preciso regalo que nos dejó –su Evangelio- hemos meditado en él, para enriquecernos con su sabiduría, queriendo compartir estas enseñanzas con todo el pueblo cristiano. ¡Y con los que no lo son!, para que puedan llegar –con la gracia de Dios- a ser partícipes de nuestra misma felicidad y esperanza.

Son meditaciones predicadas al hilo de sus capítulos, el primer libro de los que se conocen como Nuevo Testamento.

Estas meditaciones han sido pronunciadas ante un grupo de fieles creyentes, principalmente jóvenes, chicos y chicas. No muchos en número, pero sí en calidad de vida espiritual. Tanto que fueron constantes y fieles en la asistencia y escucha de las meditaciones. Luego, el ponerlas en práctica, ¡nunca se sabe por dónde sopla el Espíritu, ni a dónde nos lleva!... Lo mejor es dejarse llevar, con fidelidad y entrega generosa, que ¡Él nunca se equivoca!...


 

[1] FRANCISCO: Homilía en la Plaza de la Revolución, Holguín, Cuba, 21-9-2015.


ÍNDICE

I. EL SALVADOR VIENE AL MUNDO: San Mateo, 1

¿Cómo el Hijo de Dios ha entrado en la historia?

San José ante el misterio

El misterio de Dios desvelado a José

La entrega incondicional del Santo

Alumbramiento virginal de Jesús

 

II. SAN JOSÉ, FIEL CUMPLIDOR DEL QUERER DIVINO: San Mateo, 2, 1-15

Nacimiento temporal del Hijo de Dios Encarnado

Dios habla en sueños a san José, y a nosotros en la luz de la fe

Aprendamos a tratar a los ángeles como José

San José, atento a Dios y dispuesto a hacer lo que Él quiere

San José huye a Egipto con su familia: grandes sufrimientos

Cumplamos siempre y en todo la divina voluntad

La zozobra de María y José nada más llegar a Egipto: se abandonan al querer divino

Siempre se cumplen las profecías divinas

 

III. APRENDAMOS DE JOSÉ: San Mateo, 2, 16-23

Cuando lo que esperamos, confiados de Dios, no se cumple…

Seguir a Dios incondicionalmente: sufrir todo lo que Dios quiera

Detrás de todo atentado contra la vida humana está el demonio: los santos Inocentes y el aborto

Aprendamos del Señor a sufrir con paciencia

Vuelta a Israel: al igual que san José, hemos de vivir de fe

Tengamos grandeza de alma para entregarnos a Dios confiadamente: sigamos al Señor con ánimo pronto

Ante Dios: ¿cómo son nuestras almas?

Vivir la prudencia y en permanente espíritu de oración

Buscar al Señor y sufrir por Él, como hijos pequeños…

Las inquietudes de san José y la santa indiferencia

Necesidad de la dirección espiritual

Vivamos por entero para Dios: ¡nos haremos eternos!... ¡Cumplamos su voluntad!...

 

IV. EL SEÑOR ES BAUTIZADO POR JUAN: San Mateo 3

El Reino de Dios está cerca

Se cumplen las profecías

Juan despierta las conciencias

¡Tengamos temor de Dios!

Juan bautiza, y anuncia el Bautismo cristiano

La humanidad será juzgada por Dios

Jesús y Juan se encuentran: Bautismo del Señor

 

 

V. EL SEÑOR SE PREPARA PARA EVANGELIZAR: San Mateo 4

Jesucristo se prepara para su misión evangelizadora

El ser humano necesita algo más que pan para vivir

El demonio nunca se da por vencido

Despreciar olímpicamente el demonio

La prudencia sobrenatural del Señor

 

 

VI. LAS BIENAVENTURANZAS: San Mateo 5, 1-12

Los pobres y mansos de Dios

Anhelo de consuelo y justicia

Misericordia y pureza interior

Ser pacíficos y estar dispuestos a sufrir por Cristo

 

VII. ENSEÑANZAS MORALES EXIGENTES: San Mateo 5, 13-48

Tú eres la sal de la tierra

Cristianos desvirtuados, que viven estando muertos a Dios: su destino es el infierno

Vosotros sois la luz del mundo: llamados al apostolado

El Señor, Maestro perfecto enviado de Dios; los cristianos también

¡Debemos aprender a corregirnos unos a otros!

Fuertes exigencias de Jesucristo

 

VIII. PADRENUESTRO: ¡SOMOS HIJOS DE DIOS, Y QUEREMOS SU REINO!: San Mateo 6, 1-10

Debemos obrar siempre cara a Dios: tener rectitud de intención

¡Oremos como hijos de Dios!

Queremos que sea santificado el Nombre de Dios

Abogamos por el reinado total de Dios

No tengamos otro querer que la voluntad de Dios

 

 

IX. PADRENUESTRO: CAMINEMOS HACIA EL CIELO: San Mateo 6, 11-34

El pan nuestro de cada día

¡Necesitamos ser perdonados por Dios!

Debemos perdonar siempre

Evitemos la tentación

¡Que Dios nos libre del mal!

No olvidemos obrar siempre con rectitud moral

Vivamos en la tierra con la mirada puesta en el Cielo

 

 

X. NO JUZGUEMOS A LOS DEMÁS, TENGAMOS CARIDAD: San Mateo 7, 1-7

No juzguemos, no condenemos, para no ser juzgados ni condenados: el juzgar es de Dios

Seamos caritativos e indulgentes con los demás, para recibir igual trato

Quien juzga es el Señor

Tratemos a todos con la caridad de Cristo

Debemos cambiar el punto de mira: rigor con nosotros e indulgencia con los demás

Para sacar la paja del ojo de tu hermano…

Alegrarnos por la conversión y el bien de los hermanos. Prudencia en el apostolado

 

XI. LA ORACIÓN DEL CRISTIANO. DOCTRINA Y ENTREGA SINCERA A DIOS: Mateo 7, 8-20

Valor de la oración confiada

Cómo hemos de orar

Seamos ambiciosos orando: ¡pidamos el Espíritu Santo!

Tratemos a los demás como quisiéramos que nos trataran

Cortar en nuestra vida con lo que nos aleje del Señor

¿Cuál es el camino de tu vida por donde caminas?...

Examinar si la doctrina es verdadera…

El valor de una vida entregada a Dios

 

 

XII. AMEMOS A DIOS DE VERDAD: QUE EL SANTO TEMOR NOS AYUDE EN ORDEN A LA SALVACIÓN: Mateo 7, 21-29

Amemos a Dios no sólo de palabra, sino con obras

Pero, al menos, amemos como podamos… Cumplir la voluntad de Dios

¡Tenemos que cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas!

No todos los hombres alcanzarán la salvación de Dios

¡No olvidemos el temor de Dios, para no dejar de amarle!

Roguemos al Señor por nuestra salvación

¿Cuál es el cimiento sobre el que construimos nuestra vida?

La desgracia del pecador: oremos por la salvación de todos

 

XIII. EL SEÑOR CURA TODAS NUESTRAS ENFERMEDADES: LOS SACERDOTES TAMBIÉN: Mateo 8, 1-4

 

La alegría de seguir al Señor: son pocos los que le aman incondicionalmente…

Un leproso va al Señor, que es capaz de curar todas nuestras enfermedades

Los leprosos apestan; los pecadores también

No tengamos miedo a ser santos, aunque no seamos nada a los ojos de los hombres…

Mostremos a los sacerdotes de la Iglesia las heridas de nuestros pecados y la intimidad de nuestros corazones

Hagamos penitencia por nuestros pecados: víctimas en Cristo

 

 

XIV. PODEMOS APRENDER MUCHO DEL CENTURIÓN ROMANO: Mateo 8, 5-13

 

El centurión sale al encuentro del Señor, que busca a las almas

Debemos orar siempre, confiadamente, no procurando sobre todo intereses temporales, sino bienes espirituales

Oremos incesantemente por la salvación de los hombres

Confiemos en la intercesión del Señor en favor nuestro

La fe del centurión

La grandeza de la fe

Entregarse a Dios de verdad: no a la mediocridad

 

XV. VIVAMOS EN LA ALEGRÍA DE SEGUIR AL SEÑOR: Mateo 8, 14-22

 

Curación de la suegra de Pedro: la alegría de gastar la vida en el servicio de Dios

Llamados al apostolado

¡El Señor ha pagado por nuestros pecados!

El Señor quiere salvar a todos los hombres, pero uno a uno…

Jesús quiere estar con nosotros: ¡no huyamos!... Respondamos positivamente a la vocación

No rehuyamos la cruz de Cristo

Entreguémonos sin dilación al Señor

 

 

XVI. JESUCRISTO SE MANIFIESTA COMO SEÑOR DEL UNIVERSO: Mateo 8, 23-27

 

Subamos con Jesús a la barca de la Iglesia

Los discípulos se llenaron de temor, mientras el Señor dormía

Acerquémonos al Señor sin temor

¡No seamos hombres de poca fe!

El poder del Señor, Rey del universo

La paz del Señor en la lucha espiritual

¡Nuestra seguridad está en el Señor!...

 

XVII. EL SEÑOR EXPULSA A LOS DEMONIOS: Mateo 8, 28-34

El Señor del Cielo libera a los hombres del Maligno

¡Vivamos para Dios, no para el demonio ni el pecado!

El Señor y los endemoniados de Gerasa

Los demonios se van con los puercos… El Señorío de Jesús

¡Seamos generosos!, ¡no vayamos tras lo material!... ¡Alegrémonos con la gloria del Señor y el bien de nuestros hermanos!...

No expulsemos al Señor de nuestras vidas, para no ser perdedores

 

XVIII. LECCIONES DIVINAS CON EL PARÁLITICO: Mateo 9, 1-8

El Señor sube a una barca para seguir evangelizando: nuestra ciudad ha de ser el Sagrario

El ingenio del amor

Jesús perdona los pecados: estamos llamados a ser apóstoles de la confesión

Muchos se escandalizaron por Jesús…

A través de un gran milagro, el Señor se da a conocer como Dios: la necesidad de la Confesión sacramental

Amemos y acudamos a la Confesión

Recibamos el perdón de Dios para tener vida divina en la casa común, que es la Iglesia

 

 

XIX. QUÉ BUENA PESCA HIZO EL SEÑOR CON MATEO Mateo 9, 9-13

Jesucristo nos habla hoy

Jesús pasa junto a nosotros: démosle entrada en nuestras vidas

¿Sabes que el Señor te está llamando?

Sigamos al Maestro como Mateo

Aprendamos de Leví

El Señor busca la conversión de más pecadores: ¡estamos llamados a comer la Eucaristía!

Cómo Jesús dignifica y santifica nuestras vidas

El Redentor sale en defensa de los pecadores: ¡te defiende a ti!...

Jesús ha venido por ti: ¡para curarte, para salvarte!,… ¡porque eres pecador!... ¡Alegrémonos!...

¡Si supieras el futuro que te espera junto a Jesús!

 

 

XX. VIDA CRISTIANA PENITENTE Y APOSTÓLICA: Mateo 9, 14-26

Debemos hacer penitencia

¿Cómo es nuestra vida penitente?

Vivamos la novedad de la vida cristiana

Dimensión apostólica de la vida cristiana

Orar a Dios pidiendo lo imposible

El gran amor y fe de la hemorroísa

Jesucristo resucita a la hija de Jairo

Jesús nos levanta de la postración del pecado: llamados al apostolado

 

 

XXI. TRANSFORMADOS EN CRISTO, SEGUIRLE EN EL APOSTOLADO: Mateo 9, 27-38

Dos ciegos siguen a Jesús, Luz del mundo: ¿cómo le seguimos nosotros?

¿Qué hemos de pedir al Señor, y cómo?

Jesús nos toca y transforma en la Eucaristía

Busquemos en todo la gloria de Dios

El apostolado de la confesión y la dirección espiritual

Pertinaz instalación del hombre en el mal: rechazo de la verdad, rechazo de Dios…

Amor y solicitud pastoral infinitos de Jesús

 

 

XXII. LA MARAVILLA DE SER APÓSTOLES: Mateo 10, 1-33

Los discípulos llamados al apostolado; nosotros también

Instrucciones de Jesús: para ser fecundos

Llamados a evangelizar a todos los hombres, antes a los judíos

Debes hacer apostolado

Pobreza de los que son llamados al apostolado

Cómo actuar en el ejercicio del apostolado

Prudentes como serpientes y sencillos como palomas

Seguir al Señor sin condiciones

Vivir cristianamente es fácil con Jesús: cargar con su cruz

Preparados para el martirio: vivirlo cada día

Perseverar para alcanzar la vida eterna

Ser santamente ambiciosos

El Señor nos invita a confiar en Él totalmente

 

 

XXIII. SER COMO JESÚS Y AMAR LA CRUZ: Mateo 10, 34-42

Evitar la tentación de crearnos un Dios a nuestra medida

Jesús ha venido a cambiar la historia, a derrotar el pecado y el desamor: surgirán divisiones

¡Hay que seguir al Señor por encima de todo!

Seguir al Señor con la cruz de cada día, para amarle sin medida

¡Tenemos que morir a nuestro yo!... Dar la vida por Jesús

¿Tener la audacia de desear la cruz?

 

 

XXIV. SAN JUAN BAUTISTA Y EL SALVADOR DE LOS HOMBRES: Mateo 11, 1-19

 

San Juan Bautista se interesa por Jesús: ¿es el Mesías?

Jesucristo responde a los enviados de Juan

¿Qué decía la gente sobre el Bautista?…

¡Debemos luchar para alcanzar el Cielo!

 

 

XXV. LA DICHA DE VIVIR PARA DIOS: Mateo 11, 20-30

La incredulidad de las ciudades israelitas y el lamento de Jesús

La cadena de la gracia: ser fieles a Dios

No podemos exigir cuentas a Dios: debemos ser humildes. Entregar la vida al Señor: no dejarnos llevar de la vanidad

Afán de santidad y paciencia de Dios

Instauración del Reino consumado

La paciencia de Dios con nosotros, ¿hasta cuándo?... ¡Seamos la delicia de su amor!...

El Señor glorifica al Padre por nosotros

Cargar con la cruz de Cristo: sufrir por amor y hacer todo por amor

Entregados como María al amor de Dios

 

 

XXVI. LA BONDAD DEL SEÑOR PARA CON NOSOTROS: Mateo 12, 1-21

El Señor sabe de nuestras necesidades, nos comprende y ama: ¡Sale en defensa de sus amigos!

Al Señor, más que nuestras obras y sacrificios, lo que le interesa es el amor

El Hijo del hombre es señor del sábado: el precepto divino supremo

Si es lícito hacer el bien en sábado

Si no tuviéramos buena voluntad, ¡ni Jesús podrá salvarnos!...

Jesús renueva y transforma nuestros corazones

¡Acudamos al Médico divino en el sacramento de la Penitencia!

La prudencia del Salvador: su generosidad ilimitada

El Señor no defraudará nuestras esperanzas: el poder de la oración perseverante

 

 

XXVII. JESÚS NOS LIBERA DEL DEMONIO, NOS CURA Y SALVA: Mateo 12, 18-50 

El Señor no apaga la mecha humeante: ¡Él es nuestra esperanza!

Jesucristo cura todos nuestros males. Él nos lleva a la fe

Acusan al Señor de ser cómplice de los demonios

Jesús espera nuestra fe, nuestra entrega. ¡No tengamos doblez, malicia! La blasfemia contra el Espíritu Santo

Por los frutos se conoce el árbol…

Dios no puede salvar a los hipócritas

El signo de Jonás, resurrección de Jesucristo

¿Cómo actúa el demonio contra el hombre?

Cómo elogió Jesús a su Madre, cómo nos elogia a nosotros: cumplir la voluntad de Dios

 

 

XXVIII. EL SEÑOR SE VUELCA CON LA GENTE HABLANDO EN PARÁBOLAS: Mateo 13, 1-32

Tener amistad con Jesús por medio de la oración

Parábola del sembrador: lo que Jesús espera de nosotros

¡Entregarnos del todo al Señor!

Razón por la que Jesús habla a las gentes en parábolas

La locura de vivir con Jesús

Jesús explica la parábola

La parábola de la cizaña

 

 

XXIX. ¡VIVAMOS PARA DIOS, VIVAMOS PARA EL CIELO!: Mateo 13, 31-58

El reino de los cielos es como el grano de mostaza: la ventaja de ser pequeños

El valor de ser levadura

Con fe y entrega, podríamos “ser más grandes” que los Apóstoles…

Hay siega e infierno

¡Hemos encontrado el gran tesoro de la vida!: gastar la vida en el servicio de Dios

Acojamos los tesoros divinos que Jesucristo nos da

¡Ay de los que se escandalicen de Cristo!: ¡Nosotros vivamos para Él!

 

 

XXX. LA GRANDEZA DE DIOS EN LA EUCARISTÍA Y LAS MISERIAS DE LOS HOMBRES: Mateo 14, 1-21

La maravilla de recibir a Jesucristo en la Eucaristía

La conciencia remuerde a Herodes por haber dado muerte al Bautista

El martirio de san Juan Bautista: la verdad molesta

Los peligros de una vida sensual, materialista: ser mortificados

¿Cuáles son los bienes grandes que deseamos en nuestra vida?

Herodes manda decapitar a Juan: ¡pobre Herodes!...

Ser libres en Cristo: ¿Qué queremos en la vida?

Vivamos para ser grandes en el Cielo como Juan: tenemos que creer que podemos ser santos

La multiplicación de los panes y de los peces: Jesús nos va preparando para el don de la Eucaristía

 

 

XXXI. NO TEMAMOS COMO LOS DISCÍPULOS: Mateo 14, 22-36

Jesús camina sobre las aguas del mar y los discípulos se aterrorizan

Dios lo puede todo: ¡puede hacerte santo!

La pobreza de los Apóstoles, signo de la divinidad de la Iglesia

¿Qué es Jesucristo para ti?, ¿un fantasma?...

Cómo el Señor se compadece de nuestras debilidades: quiere nuestra felicidad

Pedro quiere caminar sobre las aguas

Pedro deja de mirar al Señor, para mirarse a sí mismo hasta hundirse

 

 

XXXII. LA HIPOCRESÍA Y LA PUREZA DE CORAZÓN: Mateo 15, 1-20

No olvidemos los preceptos divinos para aferrarnos a los humanos

La hipocresía farisaica

¡Descansemos en el Corazón de Cristo!, ¡entremos en Él!

¿Cómo es nuestro culto a Dios?

¿Dónde radica la verdadera impureza del hombre?: el corazón

Los fariseos se escandalizan de Jesús

Lo que hace impuro al hombre es lo que sale de un mal corazón

Examinar el propio corazón: cortar el mal

 

 

XXXIII. LA CANANEA, UNA MUJER GRANDE: Mateo 15, 21-31

Fe y confianza de la mujer cananea, en favor de su hija: ¿cómo clamamos nosotros al Señor?

¿Fue duro el Señor con aquella mujer?: Quiso probar su fe

Lo que nos enseñó la cananea para nuestra vida espiritual

Generosidad de Jesús con los necesitados de Israel: darle gracias

El Señor multiplica los panes y los peces por segunda vez

 

 

XXXIV. BUSQUEMOS A DIOS, CONVIRTÁMONOS EN SERIO: Mateo 16, 1-12

¿Cómo buscamos al Señor?

Jesús ante las argucias de escribas y fariseos

¿A qué esperamos para convertirnos?...

Corramos al paso de Dios

¡Que el Señor no quede decepcionado al pasar junto a ti! Comamos frecuentemente el Pan de la Eucaristía

Jesús explica a los discípulos su mensaje: ¡dejémonos hacer por Dios!

Examinar el propio corazón para santificarnos

 

 

XXXV. JESÚS NOS HABLA DE SÍ MISMO, DE LA IGLESIA Y EL PAPA: Mateo 16, 13-28

Una encuesta hecha por Jesús: ¿Quién soy Yo?

El Señor nos pregunta ahora a cada uno de nosotros: la respuesta de Pedro

La promesa del Señor a Pedro en favor de su Iglesia

La Iglesia es divina: amor a la Iglesia

Confianza y seguridad en la Iglesia

Comunión de fe con el papa, sucesor de san Pedro: obedecerle

Nuestra obediencia al papa y trabajo eficaz en la Iglesia

Amar la cruz y vivir de fe con Jesús

 

 

XXXVI. DE LA GLORIA DEL TABOR A LA CRUZ DEL CALVARIO: Mateo 17, 1-13

La transfiguración del Señor

Cumplir lo que Jesús quiera, sea lo que sea

Contemplando a Jesús en su Humanidad llena de Dios

Pedro exclama ¡Qué bien estamos aquí!...: Cómo podemos orar nosotros

La felicidad de orar con sencillez

Bajando del monte: todo fue una preparación para el Calvario

La cruz, una bendición en nuestras vidas

El misterio que se esconde en el sufrimiento

 

 

XXXVII. ADORAR A DIOS Y ENTREGARSE SIN RESERVAS: Mateo 17, 14-27

Adorar a Dios para ser libres y felices

Jesús estará siempre con nosotros, lo necesitamos: Con Él podremos todo

¿Por qué los discípulos no pudieron expulsar al demonio?

El Señor anuncia de nuevo su Pasión: cómo reaccionamos al contemplarle martirizado

Tenemos que reparar: no acostumbrarnos al pecado

No interesa vivir si no es para ser de Dios, ¡santos!...

El Señor paga la didracma: ¿cómo es nuestra entrega a Dios?

Paguemos al Señor lo debido en nuestras vidas: evitar el miedo a entregarse

 

 

XXXVIII. CÓMO EL SEÑOR AMA A LOS QUE SON COMO NIÑOS Y BUSCA A LOS PECADORES: Mateo 18, 1-14

El más importante en el Reino de los cielos

La grandeza de los niños y humildes

¡Vivamos como los niños!

¡Ay de quien escandalizare a los pequeños!

¿Qué hemos de hacer para no escandalizar?

Jesús insiste en su enseñanza acerca de los niños

Tengamos confianza: el Señor quiere salvar a todos, especialmente a los grandes pecadores

Tener presente la realidad de nuestras vidas: Romper en alabanza y agradecimiento a Dios

 

 

XXXIX. ¡HEMOS SIDO PERDONADOS, DEBEMOS PERDONAR!: Mateo 18, 15-35

Practicar la corrección fraterna

Confesemos nuestros pecados, llenos de confianza

Todo cuanto pidiéramos, si fuera conveniente para nuestra salvación, el Padre nos lo concederá

Pedro pregunta al Señor sobre cómo hemos de perdonar

¡Debemos perdonar como somos perdonados!

Vivamos alegres por estar perdonados y para perdonar

 

 

 

XL. LA VOCACIÓN AL MATRIMONIO Y A LA VIRGINIDAD: Mateo 19, 1-15

Generosidad del Señor curando a las gentes

El hombre y la mujer llamados a ser una sola carne

La indisolubilidad del matrimonio enseñada por Jesucristo

Los discípulos fueron duros para asimilar la enseñanza de Jesús…

La vocación al matrimonio: sus cruces

Vocación a la virginidad: lo más perfecto para cada persona es seguir su vocación

Tengamos la inocencia de los niños para amar a Jesús

 

 

XLI. EL JOVEN RICO Y NOSOTROS: Mateo 19, 16-30

El joven rico sale al encuentro del Señor: ¿qué hemos de hacer para alcanzar la vida eterna?

¿Te interesa alcanzar la vida eterna?: ¡Necesitamos ser salvados!

Necesidad de cumplir los mandamientos

Respuesta positiva de aquel joven, pero marchó entristecido…

El lamento de Jesús a causa de aquél joven

 

 

XLII. TRABAJANDO EN LA VIÑA POR AMOR AL SEÑOR: Mateo 20, 1-19

La alegría y dicha de haber sido llamados por el Señor a trabajar en su viña

Generosidad del Señor con sus siervos: el salario

En Dios no hay injusticia alguna

La sabiduría de Dios deshace las composiciones de los hombres

¡Dios nos ha librado de tantos males y pecados!... No compararnos a los demás, ni creernos mejores

¿Qué sería de nosotros sin la gracia de Cristo?

La ventaja de ser los últimos, humildes…

El Señor anuncia nuevamente su entrega a la muerte

 

 

XLIII. DESDE LA AMBICIÓN DE SANTIAGO Y JUAN A LA ORACIÓN DE DOS CIEGOS: Mateo 20, 20-34

Ambiciones temporales de los discípulos: Santiago y Juan

Jesús conoce la verdad de nuestros corazones: nuestros deseos conforme a su voluntad

Beber el cáliz del Señor

La respuesta del Señor: queramos solamente lo que Dios quiera. Contemos con la ayuda de Santa María

Ambición de los otros discípulos

Enseñanza de Jesús: la verdadera grandeza de los discípulos

Alimentar grandes ideales espirituales

Oremos con la fe y el fervor de aquéllos ciegos

Ayudar a los hombres a que conozcan a Jesús

 

 

XLIV. JESÚS ENTRA EN JERUSALÉN, SIRVIÉNDOSE DE UN ASNO: Mateo 21, 1-22

¿Qué es la oración?, ¿cómo hacerla?...

Jesús va a la muerte por nosotros, pecadores, a fin de hacernos santos

La entrada en Jerusalén: el Señor ve y sabe todo

Contar siempre en nuestras vidas con María Santísima

¿Cómo fue la entrada del Señor?

¡Dar la vida sirviendo a Jesús!

Cuando el Señor nos prueba a lo largo de la vida

¡Vivamos entregados a Jesús!

Respetar los templos, casas de Dios y lugares de oración

Señorío, realeza y humanidad de Cristo

El Señor maldice una higuera

 

 

XLV. LA VIÑA DE JESUCRISTO: Mateo 21, 22-46

Hemos nacido para trabajar en la viña del Señor

Cada uno tiene su viña propia: ¿cómo la trabajamos?

Dos hijos, dos respuestas…

Los que no cuentan ante el mundo, pueden ser muy queridos por Dios

La parábola de la viña: diversas consideraciones

El que no acoge a Cristo se pierde

 

 

XLVI. ¡ESTAMOS LLAMADOS A LAS BODAS CELESTES!: Mateo 22, 1- 22

El Señor se extendía predicando a la gente: Dediquemos más tiempo a Dios en nuestras vidas

El rey nos invita a las bodas de su hijo

El castigo de Dios sobre los que no acogen su amor

El Señor elige para la salvación a quien quiere, y quiere corresponder

Llamados a la santidad para participar en el banquete celestial

¡Para ello hay que tener el alma limpia de pecado!

¡Nadie podrá resistir la verdad y justicia del juicio de Dios!

Los que crean se salvarán, los otros se condenarán

Los enemigos de Jesús buscan su ruina

 

 

XLVII. GRANDEZA Y DIVINIDAD DEL SEÑOR: Mateo 22, 23-46

Una trampa puesta al Señor: si resucitan los muertos

El error de no conocer las Escrituras ni el poder de Dios

El Señor nos anuncia la maravilla de la resurrección: meditemos en el Cielo

¡Hagamos el apostolado de la resurrección!

Ante la hipocresía de los hombres, la mansedumbre del Salvador

El mandamiento principal de Dios: el amor

Llamados a ser contemplativos en medio del mundo

¡No olvidemos el amor al prójimo!

Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías prometido

 

 

XLVIII. EL SEÑOR NO TOLERA A LOS FARISEOS: Mateo 23, 1-39

Diatribas del Señor contra los escribas y fariseos: vivir la unidad de vida

¡No seamos como los fariseos!

Nuestra responsabilidad sobre las almas

El Señor sigue fustigando a escribas y fariseos… No jurar

Moral: Cumplir lo esencial y observar las cosas pequeñas

Purifiquemos nuestro corazón

La falsedad farisea

El Señor se ofrece para el martirio

Jesús se lamenta por Jerusalén

 

 

 

XLIX. ANTE LA SEGUNDA VENIDA DEL SEÑOR AL MUNDO: Mateo 24, 1-51

Debemos llevar una vida de oración continua

Todo lo temporal es caduco, pasajero…

El Señor responde a nuestras inquietudes

Perseverar en la fe por encima de todo

Amenazas contra la fe al final de los tiempos

Debemos perseverar en la fe y en el amor de Cristo: ¡anunciemos a Cristo a todas las gentes!

El Señor nos advierte ante los peligros que vendrán sobre la humanidad

Sufrimientos que vendrán al mundo

¡Tenemos que corresponder al amor de Dios, a sus gracias!

¡Vivamos como quienes han de dar cuentas de sus vidas a Dios!

Estemos preparados para el encuentro con Jesucristo

 

 

L. ANTE LA HORA DECISIVA: EL JUICIO FINAL: Mateo 25, 1-46

Las vírgenes prudentes y las vírgenes necias

Parábola de los talentos

El valor de una vida cristiana sencilla

Momento crucial de la historia: el juicio final

La vida celeste e inmortal

La realidad del infierno

 

 

LI. EL AMOR INFINITO DEL SEÑOR Y LA INMENSA DEBILIDAD HUMANA: Mateo 26, 1-35

Los enemigos del Salvador conspiran para darle muerte

Una mujer unge al Señor para su sepultura

Tratar al Señor con amor y delicadeza

Judas comienza a trenzar la traición: qué podemos aprender

Preparando la Cena del Señor

Con Jesús en el Cenáculo: hay un traidor, ¿y nosotros?...

Momento cumbre: institución de la Sagrada Eucaristía. ¿La tomó Judas?...

 

 

LII. DEL HUERTO DE LOS OLIVOS A UN JUICIO INJUSTO: Mateo 26, 36-75

Jesús ora en el Huerto de los Olivos

Orando con Jesús en la intimidad

El Señor acepta la voluntad del Padre: morir por nosotros

Unidos a Jesús, estemos dispuestos a todo lo que Él quiera

Angustia y tristeza mortal de Jesús en Getsemaní: ¡atendamos sus advertencias!

Ante la debilidad humana, esforcémonos por cumplir la voluntad de Dios con su ayuda

El beso despreciable de Judas

¡Vivamos como Jesús!, para cumplir la voluntad de nuestro Padre Dios

El Señor de la Vida es condenado a muerte

La triple negación de Pedro: ¡seamos prudentes para salvarnos!

 

 

LIII. JESÚS ES JUZGADO INJUSTAMENTE, TORTURADO Y ENTREGADO A LA MUERTE: Mateo 27, 1-31

El Señor es llevado a Pilatos y Judas se quita la vida

No desesperemos por nuestros pecados: Dios nos espera, siempre dispuesto a perdonar y salvarnos

Hipocresía y sofística de los hombres dedicados a Dios

Jesucristo ante Pilatos: El que es la Palabra del Padre calla ante la injusticia de los hombres

La cobardía de Pilatos

El Señor es torturado y conducido a la muerte

 

 

LIV. LA MUERTE SALVÍFICA DEL REDENTOR: Mateo 27, 32-66

El Señor es llevado al Calvario

Obligan al Cireneo a llevar la Cruz del Señor: cargar con la cruz de cada día

¿Qué hacemos nosotros por Cristo?: Amor a la cruz

Crucifican al Señor de la Vida, al que es todo Amor

Las palabras del Señor en la Cruz

Jesús muere en la Cruz para darnos su Vida

 

 

LV. RESUCITA NUESTRO JESÚS: Mateo 28, 1-20

Estemos con Jesús, en su sepulcro: amarle siempre

¡Necesitamos que el Señor sacuda nuestras almas, que nos despierte!

Dios, por medio del ángel, nos dice: ¡No temáis!...

¿Dónde está el Resucitado?

El deber de anunciar a Cristo vivo

Jesús nos da su paz

Los propagadores de falsedades y calumnias…


Precio 34.70 €